Los infartos cardíacos, los tumores malignos y la diabetes son las principales causas de muerte entre los bajacalifornianos, de acuerdo con el registro que hace la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud en base a las actas de defunción que se emiten cada año en la entidad.
Durante el 2017 fallecieron en Baja California 18 mil 771 personas mientras en el 2016 fueron 18 mil 253 las actas de defunción expedidas, en ambos casos la mayoría de hombres.
Néstor Saúl Hernández Milán, director de Servicios de Salud en el Estado, refirió que los infartos cardíacos acabaron con la vida de 3 mil 533 personas el año pasado, lo que representa el 18.8% de las muertes.
La segunda causa fueron los tumores malignos principalmente de mama, cervicouterino, así como en bronquios y pulmón, males que provocaron la muerte a 2 mil 303 personas.
En tercer sitio se ubica la diabetes, padecimiento crónico que en el 2017 provocó 2 mil 214 fallecimientos.
“Como Estado tenemos una diferencia con el resto del país donde el segundo lugar de defunción de la diabetes, con nosotros es el tercer lugar y el segundo son los tumores malignos”.
Las enfermedades cerebrovasculares como embolias o infartos cerebrales ocupan el cuarto sitio dentro de las causas de muerte en el Estado.
La creciente ola de violencia en Baja California se ve reflejada también, pues los homicidios ocupan el quinto lugar como causa de muerte y le siguen los accidentes vehiculares.
Para Hernández Milán el hecho de que las enfermedades del corazón y la diabetes se encuentren dentro de las principales causas de mortalidad hace pensar en reforzar los programas de Salud Pública orientados a prevenir el sobrepeso y la obesidad así como la sana alimentación.
“Los tumores malignos y la diabetes dependen mucho de los estilos de vida saludables y la disminución del estrés, al momento de generar procesos de estrés se genera oxidación y eso incrementa el riesgo de padecer un tumor maligno”.
La esperanza de vida indica que las mujeres bajacalifornianas viven en promedio hasta los 78 años, mientras los hombres hasta los 70, un fenómeno que se da en la población general desde el 2006.