Huir de la violencia no es sencillo, aseguró Asung Festus, quien viajó de Camerún, África, hasta México, en busca de una vida que le permita salir adelante; desde hace dos semanas se encuentra en un albergue en Mexicali. Busca ser asilado político en Estados Unidos.
Con pocas palabras, y dudoso de responder, el camerunés de 27 años, platicó que salió de su país hace dos meses.
Todos amamos nuestra tierra, vivir en nuestra tierra, a nadie le gustaría salir, cuando se llega el momento que tienes que correr de tu propio país por seguridad no es bueno….
Llegar hasta aquí no es sencillo; nosotros estudiamos también, pero tenemos que salir por nuestra seguridad", comentó al sentirse discriminado por personas que no comprenden el porqué de su éxodo.
Desde Camerún viajó en avión hasta Ecuador, de ahí se movilizó en camión por Centro América (Colombia, Panamá, Honduras) hasta la frontera entre Guatemala y México; llegó a Tapachula, Chiapas, el 19 de septiembre pasado.
Fue ahí donde escuchó de Mexicali, antes no sabía sobre esta frontera, alguien le dijo que era un punto seguro y era más sencillo buscar desde aquí ser asilado político en Estados Unidos.
Él ya entregó sus papeles y le dieron un número, ahora está en espera de que le resuelvan, para cruzar al país del norte.
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El viaje de Tapachula a Mexicali, fue de tres días en autobús, viajó con un documento que le entregaron las autoridades mexicanas, que le permitió llegar sin contratiempos.
Ahí venía gente de diferentes orígenes, de Latinoamérica y África. Él viajó con algunos amigos. El trasiego desde Camerún hasta Mexicali le costó 14 mil dólares.
Dentro del albergue Alfa y Omega, ya se han dado otros casos similares desde semanas atrás, varias personas provenientes de África han se han refugiado (alrededor de 16); luego de iniciado con el proceso migratorio, se entregarse a las autoridades estadounidenses.
En Camerún
En su tierra se dedicaba a estudiar, cuenta con grado de maestría médica, es especialista en el aparato digestivo.
Comentó que mucha gente cree que porque son de color no saben nada, pero sí estudian.
Asung Festus es casado y con dos hijos de tres y seis años, que hoy no sabe exactamente dónde están, quizá están juntos.
Sobre su demás familia dijo que todos corrieron para diferentes partes, "hasta donde les alcance", no sabe ni de su mamá.
Salió de su país por temor a perder su vida, tuvo que dejar a su familia atrás, y busca darles un mejor futuro.
De lograr cruzar a Estados Unidos, y sentirse seguro, le gustaría continuar con sus estudios.