Tijuana.- Claudio (nombre ficticio), se alista para una nueva jornada laboral como médico forense en el Servicio Médico Forense de Tijuana (Semefo).
El hombre de estatura promedio y complexión delgada, antes de salir a laborar, debe prepararse tanto psicológica como físicamente, para la jornada que le viene, de la que no tiene certeza alguna de cuánto durará.
Por si fuera poco, tiene que llevar consigo un viejo uniforme quirúrgico y la peor ropa posible, porque sabe que al regresar a su hogar, ni el mejor detergente logrará quitarle el olor a putrefacción a su vestimenta.
Antes de abandonar su domicilio, tampoco tiene que olvidar la papelería que utiliza para elaborar las cadenas de custodia. También resulta indispensable que no deje la cámara fotográfica que servirá para capturar las imágenes de los cadáveres.
Ya en el recinto de la Colonia Juárez, el panorama no puede ser más dantesco: cuerpos apilados, sangre por doquier, extremidades regadas por todas partes, y si no es suficiente, un olor imposible de soportar. Ni el rastro municipal, luce peor que el Semefo.
No es carpintero, pero cualquiera pudiera imaginar que a eso se dedica, pues entre el material con el que cuenta para realizar las necropsias, se encuentra una segueta, serrucho, pinzas y tijeras de jardinero, que eso sí, reconoce que estas últimas funcionan a la perfección para abrir los cuerpos.
Con todo este equipo que data de la época medieval, el hombre debe realizar en promedio una necropsia cada hora, para los asuntos más sencillos; porque para baleados o descuartizados, el tiempo puede extenderse varias horas más, por la complejidad del procedimiento.
Colonos han realizado quejas por los olores fétidos en el Semefo
Con una ciudad que vive la peor ola de violenta de su historia, trabajar como médico forense se ha convertido en toda una odisea, pues hay hora de entrada, mas no de salida. En un día “tranquilo” llegan dos muertos, pero el promedio no es menor a 15, cada día. Estos números escandalosos, han provocado que en un lugar donde solo caben 150 cadáveres, haya más de 500. Y la cifra sigue en aumento, porque cada semana se suman 30 nuevos cuerpos, que no son identificados.
“Diario ves muerte y descuartizados, pero uno lo que hace es hablar con el muerto, el muerto es la persona más chismosa que hay, es más chismoso que un vivo, solo hay que saber preguntarle, ¿qué te hicieron? ¿cómo te pasó? y ellos te dicen. Si nos involucramos en todos los hechos que vemos, ya estaríamos más que locos, por las cosas que hacen con los cuerpos, los descuartizan en pedazos”, confesó Claudio.
Los 19 mil pesos mensuales que obtiene como médico forense, no solo son ganados realizando necropsias y autopsias, además, tiene que llevar acabo protocolos de Estambul, ratificar dictámenes en juzgados, certificar muertes para donación de órganos, entre otras tantas actividades. Todo esto sin un solo peso para viáticos.
“Hay un gran cariño para el trabajo, muchos de los forenses estamos porque nos gusta la medicina legal, pero las condiciones son malas. El forense tiene una psicología muy especial, nosotros somos buscadores de delitos. Esta es una especialidad necesaria e importante, por eso nunca hay que perder la fe de que esto va a cambiar”, manifestó.
Para Claudio, quien vive a diario las carencias del Semefo, la solución no es tan compleja, solo se requiere que exista gente capacitada en el tema, que tenga la voluntad de resolver la problemática, y con ello se le otorgue un trato digno a los miles de muertos que son analizados en el Servicio Médico Forense.
“Lo que estamos hablando es que hay falta de previsión y necesidades de lo que ocupa los forenses en el estado. El jefe del forense tiene siete años de haber salido de la escuela y no tiene idea del servicio médico. Hay jefes que están por amistad y que no están preparados. La ciudad no se merece eso, el hombre tiene derecho a ser estudiado con dignidad, no así”, aseveró.
Aunque el Poder Judicial y el gobierno federal han planteado diferentes soluciones a la situación que atraviesa el Semefo, ninguna de ellas resultará efectiva, pronosticó el médico forense.
“Quieren incrementar los refrigeradores, y están cometiendo un error, porque sería otra área de refrigeradores, que son para 300 cuerpos y no 400, que son lo que se requiere. Eso que están haciendo no es suficiente, se meten a hacer el área de refrigeradores a lado de donde hacen las oficinas administrativas, y va a haber pestilencia en todas partes. Tendría que haber refrigeradores en un solo sitio, pero no lo han hecho y eso es la falta de previsión, organización y conocimiento”, expresó.
RIESGOS PARA LA SALUD DE MÉDICOS FORENSES
El trabajo como médico forense es sumamente riesgoso para las personas que se dedican a esa actividad, incrementando el peligro de padecer cáncer u otras enfermedades como la hepatitis, como consecuencia del contacto con los cuerpos sin vida.
Un especialista en medicina forense consultado por El Sol de Tijuana, que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado para dar declaraciones, aseguró que incluso los familiares del personal de Semefo, están expuestos a graves padecimientos.
“Hablamos de fluidos corporales, los riesgos pueden estar en la vía respiratorias, y en el mismo contacto de forma directa. Una persona que está en la sala del Semefo por un espacio de dos a tres horas, su ropa y pelo, quedan impregnadas de sustancias, que en cantidades considerables, son cancerígenas y ese mismo riesgo se puede llevar a la familia. Hay riesgo en la papelería que se maneja, cuando en el expediente se perciben componentes químicos que forman parte de la descomposición de cadáveres y eso es dañino para la salud de cualquier persona”, apuntó.
Según el experto, una solución que resolvería la carencia de recursos del Semefo y los riesgos a la salud de los trabajadores, sería que la institución cobrara una cuota por embalsamar cuerpos, y con esto se lograría obtener financiamiento para gastos operativos, además de reducir los malos olores.
“Se reducen riesgos laborales por la putrefacción que se genera dentro del mismo edificio, porque todos los cuerpos serán embalsamados, la familia tendría que cubrir eso y evitaríamos cuestiones de salud de personas que ahí trabajan”, agregó.
Tijuana registra más de mil 750 homicidios en este 2019
Para lograr autonomía presupuestal que garantice la operación del Semefo, sin depender de la voluntad política de los funcionarios en turno, el especialista también planteó la creación de una nueva institución que regule los destinos de las instituciones forenses de Baja California.
“Debe cambiar la legislación para que se convierte en una Secretaría de Ciencias Forenses que tenga la capacidad en presupuesto y no dependa del Poder Judicial que es el que deriva los recursos. En todo el estado no hay recursos ni para papelería, es conveniente generar recursos y mecanismos donde puede ser autofinanciable las actividades y no dependa de una partida para mantenerse en la actividad”, concluyó.
El Poder Judicial de Baja California establece que la misión principal del Servicio Médico Forense es la de emitir diversos dictámenes y certificados de orden médico, psiquiátrico, psicológico, antropológico, odontológico, dactiloscópico y la realización de estudios de laboratorio de tipo químico toxicológico e histopatológico, todo ello encaminado a proporcionar a la autoridad elementos científicos sustentables para el auxilio a la procuración, administración e impartición de justicia.