Un gran ambiente se vivió este viernes en las dunas de San Felipe, donde el rugir de los motores, el sol, el polvo y la adrenalina se han convertido en toda una tradición familiar, así como un gran atractivo turístico.
Además de la playa y la gastronomía, San Felipe tiene otra clase de turismo, el de la adrenalina, es así que desde temprana hora inicia la actividad de los autos tipo can am, motos, triciclos, cuadriciclos, sand dragas, buggys, entubados, se miden hombro con hombro en la zona de las dunas.
El ruido, la música, la comida, la cerveza, así como un gran gasto de combustible se combinan con las familias que conviven y disfrutan del ambiente.
Raúl Alonso Rubio, mecánico de profesión, inició en esto de los arrancones desde sus 15 años, hoy, a sus 58, lo disfruta como en sus primeros días en los que dormía debajo de los vehículos con tal de correr en las dunas.
Llegó desde el jueves a San Felipe para competir este sábado, e irse el lunes, día que lo dedica a la familia, más que nada a los niños para que disfruten la playa.
En esta ocasión trajo 3 vehículos de su propiedad, que él mismo ha modificado y que hoy el que corre es su hijo Edson.
Llegó acompañado como de 30 personas, entre amigos, hermanos, sobrinos, nietos, todo mundo se junta para disfrutar de los arrancones y que sin duda, seguirán con esto que se ha convertido en toda una tradición familiar.
Y es que sus 12 tíos corrían en sand drags, excepto su padre, pero esto lo lleva en la sangre, así se lo inculcaron.