Cientos de jóvenes Cachanillas tomaron las calles del Centro Histórico para conmemorar la llegada del año del conejo de la mitología china, donde tuvieron la oportunidad de disfrutar de una de las culturas originarias de Mexicali.
La tarde de este sábado se realizó el festival del Año Nuevo Chino, organizado por el gobierno municipal, al cual, acudieron cientos de familias, personas que llegaron por su propio pie, desde carriolas hasta silla de ruedas, sin embargo, fue notoria la gran mayoría de jóvenes.
Las condiciones climatológicas fueron las ideales para la conmemoración de la llegada del cuarto de los 12 animales del zodiaco chino, que en este caso es el conejo de agua, que representa la destreza, el ingenio y prosperidad de la cultura china.
Y precisamente destreza e ingenio, fue lo que mostraron las decenas de jóvenes mexicalenses que se dieron cita en el Centro Histórico, que entre la intersección de Juárez y Azueta, disfrazados de sus personajes de “anime” o “manga” favoritos, que a pesar de pertenecer éstos a la cultura japonesa, para el caso dio lo mismo.
También se dieron cita jóvenes emprendedores que ofertaban sus productos, algunos de sus dibujos y otros de tipo artesanal, unos con más concurrencia que otros.
Muchas “selfies” o autorretratos, además de muchos jóvenes estudiantes o aficionados a la fotografía se encontraron con una gran fuente de formas y de colores con lo que capturaban imágenes más interesantes.
Un gran globo en forma caricaturizada de conejo, saludaba desde las alturas dando la bienvenida a los visitantes que tenían una gran variedad de comida a elegir, así como de cervezas, ya sea la tradicional de el pueblo mágico, o bien, de las artesanales.
Pero también se registró una larga fila en el museo Wok de comida china, así como en la ruta de uno de los sótanos de La Chinesca, que han sido todo un fenómeno a nivel nacional e internacional.
Lo que no podía faltar, fueron las obras en la calle Altamirano, que provocaron todo un caos vial, por lo que fue común escuchar a los agentes de tránsito gritar “muévanse, muévanse”, así como despotricar por el desorden que provocan los conductores que obstruyen las vialidades, además de que convirtieron al Centro Histórico en todo un aparcadero.
Sin embargo, no tan lejos del bullicio de las dos manzanas de dónde se realizó el festival, los comercios que no participaron de este evento se encontraban vacíos, sin clientes, mientras tanto, el verdadero Callejón de La Chinesca, permaneció solitario.