Con apenas cinco años de vida la pequeña chihuahua “Almendrita” es una de las víctimas que “La bestia” (el tren) ha cobrado al paso de sus vías en “El Triángulo”. Con un trote lento, salto tras salto no pierde las ganas de vivir y junto a sus propietarios vive el problema de los desalojos en esta zona debido al derrumbe.
Aunque no sea trascendente por su estatura, lo es por su cariño y no olvida que hace un par de años el tren le arrebato su patita derecha, además de la oportunidad de ver a nacer a sus cachorros debido a un aborto por ser arrojada por esta máquina a su marcha.
Aun así no cuenta con otra oportunidad de ser reubicada, pues no le queda más que pasar los años junto a las vías de una máquina que le arrebato una patita y dejó la lección de que el peligro se avecina con su particular sonido a lo lejos.