La falta de aparatos de refrigeración, aunado a los altos costos de energía eléctrica y el recorte a los recursos federales para las asociaciones de apoyo a migrantes, vislumbran un verano difícil para albergues como La Posada del Migrante.
Altagracia Tamayo Madueño, directora de este refugio, señaló que tomando como referencia el 2018, presume que este verano también será complicado para las personas que viven aquí, ya que no se cuenta con los aparatos de refrigeración suficientes para cubrir la demanda.
El año pasado estuvo tremendo, entre todos rentamos un portacooler, a como pudimos, eran alrededor de 157 migrantes, un número permanente que tuve por casi seis meses; aquí hay 32 habitaciones, incluyendo un pequeño salón de usos múltiples, en donde solo contamos con seis refrigeraciones.
Actualmente en esta posada viven 126 familias que en estos días que el clima ha sido un poco benévolo, han pernoctado en el patio o con las puertas de las habitaciones abiertas, sin embargo con la llegada del calor tendrán que buscar otras maneras de refrescarse.
Si no logramos conseguir más refrigeraciones tendremos, como el año pasado, que meter a diez personas por habitación, nada más para dormir; el consumo de agua y hielo se incrementa y eso también es pesado.
En junio, julio y agosto del 2018 Tamayo Madueño recibió una factura de electricidad mensual de 16 mil pesos, lo que la detuvo de ampliar y refrigerar su salón de usos múltiples, lo que espera este año realizar y con ello brindar una mejor estadía a los migrantes.
Ahorita estoy en pláticas con la Cruz Roja Internacional para ampliar el salón, pero no es seguro, a ver cómo nos la vamos a aventar; todo aquél que nos pueda apoyar, con lo que sea, es bienvenido.