Entre un 65 y un 70% de las parcelas del valle de Mexicali son rentadas por ejidatarios a personas físicas y empresas particulares para la siembra de diversos cultivos, quienes al ver la falta de un precio justo por sus cosechas y los créditos impagables, tuvieron que elegir esta opción. Juan Manuel Martínez Núñez, subdelegado agropecuario y encargado de despacho de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), señaló que el valle de Mexicali cuenta con 15 mil predios con permisos de riego y 14 mil propietarios, de los que solo cerca del 35% de ellos trabajan sus tierras.
“El rentismo, en proporción, anda alrededor del 65 y el 70% año con año, quiere decir que solo el 30 y 35% de las tierras son explotadas por sus dueños”. Este fenómeno siempre se ha dado en la zona rural de Mexicali, el cual ha ido incrementándose debido a las plagas, la falta de créditos aptos para el campo o por el fallecimiento de sus titulares, hombres que dedicaron su vida a labrar la tierra y al morir sus descendientes ven mejor su arrendamiento. “Ha ido creciendo con el tiempo, muchas personas se van a Estados Unidos, muchos productores van envejeciendo, se enferman, caen en cartera vencida y no tienen dinero, y si rentan la tierra con eso ya la familia sale adelante”.
Rentas que van desde los 5 mil pesos hasta mil dólares por hectárea son las que se manejan en el Valle de Mexicali, actividad que además de dar una seguridad económica a las familias, permite que la superficie de la zona rural siga generando recursos. “El rentismo, desde el punto de vista social, es una muy buena opción para la gente que no puede seguir en la actividad agrícola, pero tampoco que se quiere deshacer de su patrimonio". “Permite a las familias que ya no tienen la posibilidad o intensión de sembrar sigan obteniendo un ingreso y también permite que se siga explotando la superficie agrícola y así, se sigue moviendo el dinero en el valle de Mexicali”.
“NO QUEDA MÁS QUE RENTAR”
Por cuestiones de salud, don Salvador Figueroa Escalante, de 79 años, residente del ejido Tlaxcala, tuvo que ingresar a la estadística de hombres del campo que ven en la renta de sus parcelas una forma de genera ingresos y de que su propiedad siga siendo parte productiva del Valle de Mexicali. “Me enfermé y ya no pude trabajar, y pues ahí ya no queda más que rentar”. En su última cosecha de trigo, en 2016, las ganancias no fueron las que esperaba, lo que aunado a sus males de salud y a la deuda generada por los créditos para el campo, tuvo que rentar su tierra, por la cual un particular le paga 12 mil pesos por hectárea.
“Hubo un año en que estuvo muy mal la producción y el precio y pues, ahí quedamos ensartados, por eso mejor las rentamos; en el ejido, casi la mayoría tienen rentadas sus parcelas”. “A como está el tiempo ahorita, vale más rentarlas, desde hace tres años que debemos, que tenemos cartera vencida no se ha compuesto nada; toda mi vida estuve sembrando, hasta que ya no pude”.