Los daños que provoca la pesca furtiva a las pesquerías más comunes son muy fuertes, tanto económica como ambientalmente, pero son incalculables los efectos negativos que tienen para la zona del Alto Golfo, principalmente.
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La ecóloga Martha Román, informó que la pesca ilegal tiene un impacto negativo en las especies objetivo y quizás en otras de manera secundaria, porque todo está conectado, como parte de las cadenas tróficas.
“Si tu comienzas a sacar sin medida de manejo especies marinas, lo más probable es que desequilibres un ecosistema, o que haya una sobre pesca”.
Agregó que no existe un registro oficial de la pesca de especies marinas, y al no haberla, se cae en pesca irregular o hasta ilegal, creando vacíos de información donde la autoridad pesquera no tiene datos dictaminar los stocks pescables.
Expresó que todo ello, trae como consecuencia una cadena de impactos que se van generando, no hay manejo, eso a su vez provoca caos en el ecosistema, porque no hay un orden en el aprovechamiento en la población pescable.
El producto se pesca, pero se vende a un precio inferior, ahí perdemos
Carlos tirado Pineda, representante pesquero
Por debajo del precio
Por su parte, el representante de algunas cooperativas pesqueras en el poblado Carlos Tirado Pineda, dijo que no existe un dato concreto de las pérdidas económicas que trae consigo esa actividad.
“Si hay 400 embarcaciones legales, y tal vez haya el doble de embarcaciones ilegales, lo que nosotros ocasionales legalmente que se estuviera perdiendo por la pesca ilegal, ya que se captura lo mismo”.
Añadió que el problema es más fuerte, porque al final de cuentas solamente les interesa una parte de la pesquería (en el caso de la totoaba, el buche) y lo demás lo desechan.
En caso de que quieran vender la pesquería, lo dan a un precio más económico, y eso perjudica a los pescadores legales, sería el “mercado negro” de la pesca.