Por las diversas acciones que ha emprendido la raza humana a lo largo de la cuenca del Río Colorado, ha causado que las 400 mil hectáreas del gran corredor ripario de álamos, sauces y mezquites se redujeran en un 90 por ciento, lo cual ha generado que solo queden 40 mil hectáreas para que ahí se resguarden unas trescientas especies de animales, las cuales claramente se han visto afectadas por la disminución del tamaño de su hábitat, así lo explicó el biólogo Carlos Roano Ornelas.
El también integrante de la asociación de Biólogos de Mexicali, abundó que dichas acciones causadas por los humanos también han generado una disminución en las 500 mil hectáreas de estuarios marinos, los cuales se han reducido en un 80 por ciento, por lo que solo quedan cien mil hectáreas.
El delta del Río Colorado estaba conformado por una gran extensión de humedales, bosques ribereños y estuarios marinos, siendo estos últimos donde se mezcla el agua dulce con el agua salada, situación que ha generado que disminuyan la presencia de álamos, sauces y mezquites, lo cual a su vez afecta a las diferentes especies que ahí habitan.
“Los estuarios son sumamente importantes para la reproducción de especies marinas, de valor comercial, como el camarón, el pez lisa, totoaba, curvina, sí hay una reducción en los flujos de agua dulce del Río Colorado, por lo tanto hay un impacto en el estuario y esas zonas de reproducción, esas especies de interés se van a ver afectadas y no va a haber tanta producción”, precisó.
A estos bosques también les ha afectado la presencia del pino salado, el cual no es nativo de esta región y causó una salinización de las tierras del valle de Mexicali, especie que se ha ido retirando de manera gradual con los esfuerzos de la sociedad civil organizada en conjunto con las autoridades.
Los animales afectados
Por otra parte, el especialista informó que los humedales remanentes del Delta del río, albergan alrededor de 310 especies de aves residentes y migratorias entre las cuales destacan 18 aves que están consideradas con un riesgo de protección especial, 13 amenazadas y tres en peligro de extinción, de acuerdo a la norma 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las especies en peligro de extinción, son la garza rojiza, el águila cabeza blanca y el chorlo chiflador, mientras que también se encuentran amenazados el rascón costero del pacífico, la polluela sora, el polluelo negro, el palmoteador de Yuma, el avetoro menor y la garza morena.
También están en riesgo el castor, el lince, el coyote, mapache y la rata almizclera.
Las afectaciones
El también ex coordinador de Reforestación y Participación Social de Dirección de Protección al Ambiente, explicó que de continuar la tendencia de sequía y la reducción de flujos de agua del río, habrá afectaciones secundarias, entre las que se destaca la reducción de las poblaciones locales de la fauna nativa, la extinción a nivel local de estas especies, la pérdida de los servicios ambientales que ofrecen a los remanentes del Delta del Río Colorado, como lo es la recarga de los mantos acuíferos, la captura de dióxido de carbono, su participación en la mejora de la calidad del aire, entre otros.
Al reducirse los flujos, del Río Colorado, esto va a provocar que los mantos acuíferos se vean afectados, provocando con ello una salinización del agua subterránea y la afectación de los campos agrícola, abundó el experto.
Esto a su vez generará una afectación a las especies marinas y estuarinas de valor comercial, como el camarón, la lisa, la curvina golfina, entre otras, afectando al sector pesquero.
Ante un escenario de cambio climático, el biólogo consideró que es urgente que se tomen medidas concretas para logar un tratamiento de aguas residuales para la asignación de agua, además que se otorguen incentivos económicos a los agricultores que utilicen prácticas que contribuyan al ahorro de agua.
“Es tanta la diversidad que el Delta del Río Colorado alberga, que fue decretado como una Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California, también tiene el reconocimiento de ser un sitio Ramsar".
Los esfuerzos para restaurar el río
Para restaurar el hábitat de estas especies, tanto de la flora como la fauna, la alianza Revive el Río Colorado ha realizado emprendido diversas acciones para lograr que exista una mayor presencia de estas.
Osvel Hinojosa Huerta, vocero de la alianza, recordó que partir de los años noventa se empezaron a concretar iniciativas que buscaron proteger lo que quedaba del Delta, lo cual a su vez generó la creación de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, buscando que en la medida de lo posible, se recupere.
En el 2012 surgió la iniciativa de la alianza Revive el Río, en la cual participan seis organizaciones no gubernamentales de México y Estados Unidos, las cuales colaboran en observar y en la restauración ambiental del delta del Río Colorado.
Desde entonces se han realizado diferentes iniciativas de restauración que han permitido recuperar más de 600 hectáreas del río y proteger la Ciénega de Santa Clara y el Río Hardy, protegiendo a su vez más de 20 mil hectáreas de humedales.
Sí hay recursos
El vocero de la organización no gubernamental explicó que sí existen recursos para ejercer en un sentido ambiental, lo cual se definió en las actas 319 y el acta 323 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
A consideración del también colaborador de la asociación Pronatura Noroeste, los indicadores ambientales que se deben acreditar para preservar al río se están cumpliendo, de tal manera en que incluso, se ha logrado observar una mayor presencia de ciertas especies, como lo es el castor.
Los castores pueden observarse desde la Presa Morelos, cuya agua el cual tiene una conexión del Río Colorado con el Río Hardy. Sobre todo, se puede encontrar en la parte más central del Valle de Mexicali, en el Kilómetro 57, en el poblado Francisco Murguía y en la zona del vado San Felipito.
“Entonces esa agua que es para el ambiente está en la misma situación que los demás usuarios del agua. El estrés hídrico está ahí y el reto es mantener el valor ambiental, con menos agua. Los retos están ahí junto con más usuarios”, expresó.
En las actas previamente mencionadas se establece un proceso transparente y colaborativo entre ambos países de generar un equipo de seguimiento y monitoreo, en el cual se evalúan indicadores.
Ahí se definieron 250 millones de metros cúbicos de agua para la restauración del Delta durante los 9 años de vigencia del acta 323, abundó el entrevistado.