La inflamación de los pulmones a causa de un virus o una bacteria propicia la neumonía o pulmonía, un proceso grave que evoluciona rápidamente e incluso puede originarse desde una simple gripe mal atendida.
Patricia Urías Almada, médica neumóloga en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que aunque la enfermedad puede presentarse en cualquier época del año, durante el invierno se agudiza su incidencia, especialmente en niños y adultos mayores.
Aunque parezca un mito, un resfriado común que se atienda con remedios caseros o automedicación puede evolucionar hasta llegar a un cuadro de neumonía.
“Lo más común es que estos cuadros empiecen con un proceso respiratorio alto, un resfriado, gripe o una faringitis que se complique por una sobreinfección, en muchas de las veces por una bacteria”.
En temporada invernal, Urías Almada llega a tener hasta 20 pacientes hospitalizados en una semana, contando únicamente los que están a su cargo.
Entre enero y octubre de este año médicos del Seguro Social diagnosticaron a 1 mil 291 personas con neumonía, 629 eran hombres y el resto mujeres.
Los casos se concentraron principalmente en niños de entre 1 y 4 años, así como en adultos de más de 60.
Explicó que en los dos extremos de la vida se trata de una enfermedad que puede ser mortal, pues los menores la padecen cuando su sistema inmunológico aún no está listo para protegerse, situación contraria en los adultos cuyo sistema puede estar desgastado y suelen tener otros males.
“En los ancianos hay un problema importante al que nos enfrentamos, ellos minimizan los síntomas porque no quieren preocupar o incomodar a los hijos, por lo que usan remedios caseros o remedios de venta libre, llegan con cuadros muy avanzados”.
Para la neumóloga es importante que los pacientes distingan entre un cuadro de gripe simple y un proceso de inflamación pulmonar.
El resfriado común se distingue por presentarse con síntomas como dolor de cabeza, malestar corporal y congestión nasal, un proceso respiratorio complicado como la neumonía se distingue por presentar fiebre, tos, flemas que cambian de coloración y dolor torácico.