Abuelas migrantes huyen de su lugar de origen

En busca de protección de los Estados Unidos a través de la ayuda humanitaria de la aplicación CBP One

Vicente Guerra / La Voz de la Frontera

  · viernes 1 de marzo de 2024

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

Las mujeres migrantes de la tercera edad salen de su lugar de origen huyendo de su país en busca de protección de los Estados Unidos a través de la ayuda humanitaria de la aplicación CBP One de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) por sus siglas en inglés en la frontera norte de México, como es en Mexicali, Baja California.

Una mujer migrante quien solicitó el anonimato, de 60 años de edad originaria de Acapulco, Guerrero, manifestó que su razón por la que llegó a Mexicali fue porque huyó del crimen organizado, ya que le asesinaron una hija dejándola con sus tres nietos.

“El 2 de octubre me pusieron una cartulina en mi casa que si no depositaba 50 mil pesos en tres días me iban a matar a mí o a uno de mis nietos, o a mi otra hija, o a mi yerno, entonces no quise pasar ya lo mismo y decidí salir del puerto de Acapulco”, agregó.

Llegó al Albergue el Peregrino de Mexicali el 8 de octubre del 2023 donde ha estado hasta entonces junto a sus nietos en espera de una cita con la aplicación del CBP One.

Explicó que está buscando la ayuda para ir a trabajar a los Estados Unidos y reunirse con otra hija que vive de aquel lado, ya que en Acapulco trabajaba vendiendo tacos de cecina y bistek, por lo cual es a lo que se dedicaría en el país norteamericano.

Centro Histórico de Mexicali | César Valdez | La Voz de la Frontera

“La gente mala de allá nos iban a pedir tacos, me decían que los regalara que si no pues me mataban, como a mucha gente ahí que mataron por lo mismo, pues mandaban a la “maña” a quitarnos lo que vendíamos”.

Otra inmigrante adulta mayor originaria de Villanueva Cortéz, Honduras externó que tuvo que salir de su país de origen porque la extorsionaban las maras en su negocio de comida rápida donde vendía; pollo chuco, carne molida, tacos y pupusa con chicharrón.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

“Los muchachos me mandaban a pedir a mi que yo les colaborara con comida, cada vez que venían yo les colaboraba con 500 lempiras equivalente a alrededor de 800 pesos mexicanos, era dos veces por semana”.

Mario Beltrán Mainero, cónsul de asuntos comunitarios en el Consulado de México en Calexico | Jorge Galindo | La Voz de la Frontera

La migrante comentó que lo primero que hizo fue ir al ministerio público en 2022 a interponer una denuncia, sin embargo, pasó el tiempo y ya no podían soportar los problemas por lo que decidieron venir a México a la ciudad de Mexicali para buscar asilo político en Estados Unidos.

“Somos hipertensos, somos diabéticos, y en Honduras no hay medicamentos, no hay una proporción de decir les vamos a brindar ayuda, alojamiento, comida, no hay albergues, ni ayuda comunitaria, solamente para personas cuando hay desastres naturales”.

Dijo que si pasa a Estados Unidos, ella está con toda la disposición de ir a trabajar, sabe planchar, asear o como ayudante de cocina, pues tiene anhelo de mejorar, porque en Honduras no hay oportunidades.

“Si uno pasa de los 40 años ya no hay oportunidad para nadie, mi esposo tiene 70 años y estoy cuidando de él, tiene Alzheimer y una enfermedad renal, a veces hasta me desconoce”.

Comentó que también quisiera llegar a Estados Unidos porque tiene un hijo allá, sin embargo, se encuentra preso por lo que no ha sabido nada de él y quiere ir a ver cómo está la situación con él porque era el único que le ayudaba económicamente.

Guanajuato

Una migrante anónima de 60 años, platicó que tuvo que salir de San Pancho Guanajuato porque asesinaron a dos de sus hijos, quienes se dedicaban a trabajos formales sin relación a crímenes.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

La señora explicó que eso sucede normalmente en su lugar de origen, sin embargo, se lo atribuye a que ella estaba inmiscuida en temas de campañas políticas por lo que tuvieron represalias contra sus hijos.

José Luis Camarillo / El Sol de Tijuana | Joebeth Terriquez / EFE

Así mismo, comentó que tiene un pariente en Estados Unidos por lo que está buscando la ayuda humanitaria para reunirse con él, así como trabajar cuidando niños, en limpieza de lavavajillas o en alguna taquería.

“Se ve que toda la gente está más segura allá, uno ya tiene miedo, ya no se puede dormir agusto porque tengo miedo”, añadió.

Elizabeth Cardenas, de 66 años de edad, platicó que decidió salir de Churumuco Michoacán a raíz de la delincuencia organizada quien la tenía extorsionada y aterrorizada desde hace cinco años.

“Nosotros no somos libres, a nosotros nos mandan, nosotros no podemos decir lo que pasa, no escuchamos, no miramos, no hablamos, por temor a las represalias, a que algo le pase a la familia o que te desaparezcan”.

Indicó que el 4 de febrero salió de su lugar de origen cuando un hermano de ella le avisó que debía irse sin decir nada, mientras se calman las cosas ya que hace dos años personas llegaron a su casa con armas y se robaron un tractor de un costo de 1 millón de pesos.

“Tuve que decir que tenía una cita médica en Morelia, que me estaban haciendo estudios, le dije a un amigo que si me podía llevar a las siete de la mañana entonces fue por mi y dejé encargado a que me regara las plantas porque me dedico a la mercería y vendo plantas”.

Foto: Alejandro Domínguez | La Voz de la Frontera

Elizabeth comentó que en Morelia se quedó en un albergue en donde en realidad si la atendieron ya que está enferma de un riñón en donde tiene infección, la clavícula vertebral fuera de lugar, un tumor en el vientre el cual le afecta en la vejiga y la matriz.

“También tengo taquicardia y asma, ya que he trabajado en el campo desde los 13 años, me casé con una persona, tenía a mis hijos y trabajaba como un hombre entonces mi cuerpo lo presioné y el corazón me quedó acelerado”.

Además contó que sufre de gastritis, úlcera gástrica, colesterol, anemia, colitis y triglicéridos altos, lo cual se controla con medicamentos y remedios caseros.

Externó que busca cruzar a Estados Unidos para trabajar ya que en México no le alcanza para solventar las deudas, alimentos y gasolina, por más que vende frutas y verduras así como su negocio de plantas.

“A mí me gusta Estados Unidos porque tenemos la facilidad de trabajar honradamente, de ganarnos el pan de cada día, si trabajo 15 días para agarrar mi cheque soy feliz, si me canso pero cuando recibo el cheque me da gusto, porque de ahí saco para comer”.

“En Estados Unidos está la oportunidad de trabajar, de tener metas, de sobrevivir y salir adelante, me dicen que ya tengo mis años, pero querer es poder y poder es querer, así es que tenemos la mentalidad de trabajar para ganar el pan de cada día”.

Por último, comentó que en este momento se encuentra esperando la respuesta del CBP ONE para que le brinden asilo político, por lo que indicó que cuando cruce está dispuesta a trabajar en el campo, en las fábricas o bien, hacer comida de cualquier tipo.

“Hago enchiladas, menudo, pozole, birria de res, de chivo, yo te cocino de todo y unas comidas que no se si esta mal en decir, pero son ricas que tienen sazón gracias a Dios, porque aquí donde estamos comemos carnita congelada o papita con huevito”, concluyó.