Más de la mitad de los restaurantes afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) ya han cambiado de insumos desechables por los que son biodegradables y que afectan menos al medio ambiente.
Miguel Ángel Torres, presidente de dicho organismo, explicó que desde el año pasado que se anunció una campaña denominada “Yo sin popote”, los integrantes del gremio han tenido una reacción positiva ante este cambio que se ha empezado a implementar desde que se realizaron modificaciones a la reglamentación municipal, por lo que ahora ya no se ofrecen los popotes al cliente en las mesas, sino que solo se entrega uno cuando el cliente lo solicita.
Abundó que la Canirac les asesora a los restaurantes donde puede adquirir este tipo de insumos, además que les informa que será hasta el año entrante cuando se empiecen a aplicar sanciones por no utilizar bolsas y popotes biodegradables.
Torres estimó que de 120 restaurantes que están afiliados a la cámara, alrededor de 70 restaurantes ya empezaron a ofrecer insumos de este tipo.
“Son restaurantes grandes, te estoy hablando de Cabana, Los Arcos, Las Brasas, Manuett’s, Blancanieves, La Cenaduría Selecta, algunos restaurantes chinos, los grandes, Laguna Azul, el Cahuamón...”, indicó.
Lo que está buscando también la cámara es mudar al uso de tenedores y cucharas que también sean biodegradables, al igual que las cajas en las que sirven alimentos para llevar.
De estas últimas dijo que todavía se manejan de foam, toda vez que es complejo encontrar alguna caja de cartón pero que a la vez pueda contener caldos o líquidos, lo cual esperan resolverlo sobre la marcha.
“Esos todavía les falta encontrar un poquito más de proveedores con que sea de cartón”
El costo
El presidente de la Canirac en Mexicali refirió que este cambio sí les representa un costo mayor para el sector, pero que no es significativo para el sector restaurantero o para el comensal.
De ejemplo, dijo que un tenedor tradicional les cuesta alrededor de 15 centavos y ahora el biodegradable 30 centavos, por lo que esperan absorber ese costo con los clientes que consuman en los establecimientos, mientras que a los que piden para llevar, algunos restaurantes cobran el embalaje, cuyo costo ronda entre los 2 y 5 pesos.