Las llantas desechadas son parte del estilo de vida de la gente que vive en la cuenca de Los Laureles de Tijuana y esto ha generado que la gente sea creativa y hace sus propias terrazas para poder edificar sus viviendas y la llanta forma parte de su entorno, se encuentran en todos los escurrimientos de esta cuenca.
Desgraciadamente es una realidad triste ya que hay poco vigilancia del área, llega gente y la avienta en la zona y otros las toma para resolver sus problemas pero mucha de ellas se quedan ahí, la mayoría se detienen en el desarenador pero la mayoría llegan a los océanos, comentó la maestra Rosario Norzagaray, coordinadora de la frontera en Costasalvaje, A.C,
Un socio nuestro está trabajando con nosotros y tiene patentando el aprovechamiento y reuso de las llantas y piensa utilizar una buena cantidad de éstas, pero también buscamos estrategias con compañías recicladoras, dijo.