LA PAZ, BCS., (OEM-INFORMEX).- Campesinos del Valle de Vizcaíno registran en los últimos días una gran mortandad de conejos domésticos, un fenómeno atribuible a una enfermedad viral que afecta a 12 estados de la República y que fue registrada por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), institución que tras este fenómeno emitió una alerta.
Tan solo en el ejido Benito Juárez murieron más de 200 conejos y uno más en Guerrero Negro. La enfermedad también se ha registrado en liebres de monte afectando hasta este momento con mayor severidad a Sonora, Durango, Coahuila, Chihuahua, Baja California y el norte de Baja California Sur, en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno. Se presentó inicialmente en conejos domésticos y rápidamente se propagó entre conejos y liebres silvestres.
Se trata de la Enfermedad Hemorrágica Viral de los Conejos del tipo 2 (EHVC-2), según se ha confirmado en muestras de laboratorio, una de éstas enviada desde Baja California Sur, pero hay más muestras en espera de resultados.
SIN RIESGO HUMANO
Según la autoridad sanitaria, esta enfermedad viral exótica es altamente contagiosa y mortífera, pero no representa riesgo de transmisión a humanos ni otras mascotas, aunque no es recomendable consumir carne de estos animales.
Derivado de esta emergencia, se recomienda a los cunicultores que eviten el ingreso de personas a sus unidades de producción, desinfectar las instalaciones y no comprar conejos o pies de cría de origen desconocido.
EXTENSA AGONÍA
Fuentes consultadas por El Sudcaliforniano señalaron que uno de los impactos más severos de esta enfermedad se presentó en la isla Tiburón, frente a las costas de Sonora, en donde los indios seris reportaron centenares de liebres muertas a causa de esta enfermedad.
Según algunos testimonios, los animales infectados terminan con una muerte horrible, con convulsiones, hemorragia por la nariz, sangrado y fluidos sanguinolentos por orificios corporales.
La liebre comienza a dar vueltas de manera desenfrenada y con chillidos terminales y finalmente tiene un paro cardiaco, en un proceso que puede durar hasta 30 horas.