/ lunes 17 de agosto de 2020

Sonorenses ayudan a crear un ventilador mexicano

Arnoldo Heredia, de 25 años, logró desarrollar la mayor parte de este ventilador automático

A mediados de marzo, alrededor de 15 instituciones de iniciativa privada crearon el primer ventilador mexicano llamado VSZ-20-2 para atender a pacientes en estado crítico por Covid-19, donde una de las principales empresas para impulsar este proyecto fue GSE BioMedical, ubicada en Hermosillo, a cargo de Ramsés Galaz Méndez.

Ramsés Galaz Méndez, originario de la capital sonorense, egresó como ingeniero mecánico del Tecnológico de Monterrey, tiene una maestría en Ingeniería Mecánica y doctorado en Ingeniería Biomédica, y actualmente es director de la empresa hermosillense GSE BioMedical, donde se llevó a cabo todo el diseño e ingeniería del dispositivo para pacientes que requieren ventilación mecánica.

La empresa GSE Biomedical se dedica al diseño y desarrollo de dispositivos | Anny Peñuñuri | El Sol de Hermosillo

“Dada a nuestra experiencia de 11 años en la producción de ingeniería de productos médicos, recibí una llamada del licenciado José Coppel para apoyarme financieramente y darme la encomienda de poder desarrollar un ventilador mecánico para terapia intensiva, y a mediados de marzo comenzamos con el proyecto y en abril ya teníamos un 90% del diseño de este dispositivo y el prototipo. A finales de abril es cuando se nos suman empresas de Monterrey como Metalsa, Femsa, Tecnológico de Monterrey, el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición de la Ciudad de México, entre otras”, contó.

Por otra parte, comentó que en tan sólo 10 semanas el ingeniero en mecatrónica, Arnoldo Heredia, de 25 años, logró desarrollar la mayor parte de este ventilador automático, en conjunto de sus compañeros Daniel Gómez, ingeniero en diseño, Jorge Gutiérrez, y el resto de las instituciones empresariales, y educativas que hicieron posible este proyecto cien por ciento mexicano.

“Mi empresa no se dedica tanto al tema técnico, nada más organizo, coordino y dirijo la orquesta, pero el cerebro técnico del proyecto Arnoldo Heredia, él es uno de los ingenieros y ex alumno del Tecnológico de Monterrey campus Hermosillo Norte, originario de Guaymas y con tan sólo 25 años de edad se aventó todo el trabajo; a fin de cuentas es un trabajo en conjunto. De mi parte orquesté las actividades de logística, ingeniería, y asesorando a las empresas de cómo tenía que estar dirigido el proyecto para obtener la aprobación regulatoria”, precisó.

Durante 11 años han creado implantes y dispositivos | El Sol de Hermosillo

El experto indicó que la empresa Metalsa y Femsa, ubicadas en la ciudad de Monterrey se enfocaron en la producción en masa, es decir, la realización de toda la logística de los materiales, componentes, línea de ensamble, la cual fue aprobada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

“Al día de hoy ya tenemos aprobados por la Cofepris 200 ventiladores, los cuales se fabricaron en dicha localidad, y estamos en espera de fabricar más. Además, estos dispositivos fueron primeramente probados en modelo animal para su seguridad y eficacia. Fueron 12 cerditos, ya que tiene parámetros distensibilidad de los pulmones muy similares al ser humano, por lo que fue aprobado por la Cofepris”, dijo.

Por su parte, el ingeniero en mecatrónica, de 25 años, Arnoldo Heredia Astroga fue quien se encargó de realizar todo el diseño electrónico del ventilador mecánico, por este motivo, su jefe Galaz Méndez mencionó que es quien creó toda la funcionalidad de este aparato tan importante.

Ramsés Galaz, ingeniero mecánico del Tecnológico de Monterrey | El Sol de Hermosillo

Arnoldo es originario de Guaymas y egresó hace tres años del Tecnológico de Monterrey, campus Sonora Norte y durante su tiempo como universitario realizó prácticas y posteriormente fue contratado en la empresa hermosillense GSE Biomedical, lugar donde inició el proyecto de los ventiladores mecánicos.

“Nadie nos imaginamos lo que íbamos a lograr, porque las cosas se dieron muy rápido. Cuando menos pensé ya estaba en Monterrey con la empresa Metalsa, para ayudarnos con la fabricación de los ventiladores. Desde hace cuatro meses hasta hoy he viajado de Hermosillo a Monterrey o Ciudad de México, entonces todo ha sido muy agotador y además que está todo el tiempo el virus presente, porque andas en los aeropuertos arriesgándote, aunque siempre tomamos las medidas necesarias y todo salió bien”, expresó.

El ingeniero en mecatrónica explicó que su aportación inicial en la creación del ventilador automático fue implementar el diseño electrónico, la tarjeta gráfica y las propuestas electrónicas, en sí, la coordinación total del dispositivo, desde los sensores, hasta la pantalla.

“Lo que me tocó realizar fue la parte electrónica, lo que coordina todo el ventilador, lo que hace que se mueva; estamos hablando de sensores, de la pantalla, y todo lo que significa juntar esa orquesta, es decir, la propuesta de los componentes de inicio electrónico. Pero la empresa Metalsa potencializó todo ese prototipo. De ahí en fuera fue una colaboración enorme entre empresas e instituciones escolares”, dijo.

Asimismo, Arnoldo comentó que desarrollar este artefacto tan importante en la actualidad le resulta totalmente gratificante para su vida personal y laboral, puesto que el ayudar a las personas es algo que siempre le ha gustado hacer, sobre todo porque en México los pacientes con diagnóstico de Covid-19 fallecen por falta de un ventilador mecánico.

A su vez, agregó que antes de la emergencia sanitaria en Sonora, ya había hecho sistemas similares a los de un ventilador, por lo que esto fue de gran ayuda para desarrollar este instrumento que es totalmente útil y necesario durante esta pandemia, aunque considera que durante el proceso de elaboración tuvo retos distintos.

“Mis conocimientos aplicados para este trabajo fueron gracias a la empresa y universidad, porque la escuela te da toda la teoría y las herramientas, pero ya está en uno qué tanto las vas a explotar. Pero desde que inicié a trabajar y practicar en la empresa empezaron a salir necesidades de este tipo, no eran ventiladores pero sí sistemas similares y sin querer me fui preparando para hacer estos ventiladores”, agregó.

Por otra parte, señaló que cuando Grupo Coppel les solicitó a él y sus compañeros de la empresa GSE Biomedical, a cargo del ingeniero mecánico Ramsés Galaz Méndez, poner en marcha este proyecto, sintieron desesperación, miedo e incertidumbre al pensar que no terminarían a tiempo, pero los resultados finalmente fueron totalmente favorables.

“Teníamos miedo al principio sobre qué iba a pasar, pensamos que para cuando termináramos no iban a ser tan necesarios, pero todos estuvimos de acuerdo que se culminó a tiempo. Las cifras dicen que el 57% de las personas que fallecieron por esta enfermedad no tuvieron acceso a un ventilador, entonces qué mejor poder ayudarlos y salvar las vidas. Ahorita llevamos 200 ventiladores pero queremos crear más”, puntualizó.

Asimismo, Galaz Méndez mencionó que el próximo martes se contará con la lista de hospitales interesados en adquirir este dispositivo, pues dependerá de las fundaciones la obtención del mismo, incluso, hasta el día de hoy 20 dispositivos fueron comprados por el empresario Carlos Slim, los cuales se destinarán a cuatro estados de la República.

“Obviamente hay un precio de venta, no porque se esté lucrando con ellos, simplemente porque hay que absorber el precio de fabricación, entonces dependerá de las fundaciones donantes para su compra. Nosotros no decidimos a dónde irán, sólo recibimos órdenes. Es un dispositivo barato comparado con los de alta gama y de alguna manera cumple con la gran mayoría de las funciones y cada uno tiene un año de vida”, resaltó.

Dicho lo anterior, aseguró que las autoridades de salud en Sonora, en conjunto con el Gobierno, tienen el interés en comprar los ventiladores VSZ-20-2, aunque por ser un proyecto nuevo, todavía no tienen una respuesta si se comprarán o no, para que los ingenieros sonorenses inicien con la logística de producción.

“Cada uno cuesta 11 mil dólares, podría sonar caro pero no es así, porque los ventiladores de alta gama están oscilando entre los 65 mil a 70 mil dólares cada uno. Es un ventilador hecho de una manera emergente, pero tiene sus capacidades. Si bien es cierto, esto no sustituye a un ventilador de alta gama, sin embargo puede reemplazar a los dispositivos en aquellos casos de síndrome de dificultad respiratoria aguda grave, pero no cuadros tan complejos en términos de los parámetros que requiere el paciente”, detalló.

A su vez, aseguró que la empresa mexicana Metalsa, la cual se dedica a entregar soluciones integrales de ingeniería impulsada por simulación y diseño a través de la computadora, fue quien aportó mayor cantidad monetaria para que se lograra la producción de los primeros 200 ventiladores mecánicos, al invertir un millón de dólares para toda la línea de fabricación.

“Estos ventiladores son muy importantes, porque recuerdo que al principio de la pandemia se manejaba que un solo ventilador podía conectar a múltiples personas al mismo tiempo, lo cual no es nada recomendable porque éste tiene que atender a una sola persona, ya que la persona con Covid-19 tiene distintas características y parámetros clínicos a otras. Si yo quisiera ventilar a dos personas con un solo ventilador, tendrían que ser idénticas, con un solo peso, volumen pulmonar, misma necesidad de frecuencia ventiladora”, aseveró.

Por último, considera que a raíz de la emergencia sanitaria en México, provocada por Covid-19, ha expuesto cada una de las deficiencias que el país contaba en materia de salud, como también en el desarrollo tecnológico, ya que no se cuenta con una industria que desarrolle dispositivos médicos para enfrentar de manera inmediata una pandemia mundial.

“La pandemia fue el pretexto perfecto para detonar esta industria. Este dispositivo lleva fácil cuatro años de trabajo para su elaboración, pero tuvimos que comprimir ese tiempo en 10 semanas. De alguna manera fue un reto, se dieron las flexibilidades necesarias para poder determinar los lineamientos regulatorios, pero a fin de cuentas lo que más motivó a hacer este ventilador es la necesidad tan alta que tenemos como país de atender casos Covid-19 y que de alguna manera se puedan mantener vivos gracias a una presencia de este aparato”, puntualizó.

A mediados de marzo, alrededor de 15 instituciones de iniciativa privada crearon el primer ventilador mexicano llamado VSZ-20-2 para atender a pacientes en estado crítico por Covid-19, donde una de las principales empresas para impulsar este proyecto fue GSE BioMedical, ubicada en Hermosillo, a cargo de Ramsés Galaz Méndez.

Ramsés Galaz Méndez, originario de la capital sonorense, egresó como ingeniero mecánico del Tecnológico de Monterrey, tiene una maestría en Ingeniería Mecánica y doctorado en Ingeniería Biomédica, y actualmente es director de la empresa hermosillense GSE BioMedical, donde se llevó a cabo todo el diseño e ingeniería del dispositivo para pacientes que requieren ventilación mecánica.

La empresa GSE Biomedical se dedica al diseño y desarrollo de dispositivos | Anny Peñuñuri | El Sol de Hermosillo

“Dada a nuestra experiencia de 11 años en la producción de ingeniería de productos médicos, recibí una llamada del licenciado José Coppel para apoyarme financieramente y darme la encomienda de poder desarrollar un ventilador mecánico para terapia intensiva, y a mediados de marzo comenzamos con el proyecto y en abril ya teníamos un 90% del diseño de este dispositivo y el prototipo. A finales de abril es cuando se nos suman empresas de Monterrey como Metalsa, Femsa, Tecnológico de Monterrey, el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición de la Ciudad de México, entre otras”, contó.

Por otra parte, comentó que en tan sólo 10 semanas el ingeniero en mecatrónica, Arnoldo Heredia, de 25 años, logró desarrollar la mayor parte de este ventilador automático, en conjunto de sus compañeros Daniel Gómez, ingeniero en diseño, Jorge Gutiérrez, y el resto de las instituciones empresariales, y educativas que hicieron posible este proyecto cien por ciento mexicano.

“Mi empresa no se dedica tanto al tema técnico, nada más organizo, coordino y dirijo la orquesta, pero el cerebro técnico del proyecto Arnoldo Heredia, él es uno de los ingenieros y ex alumno del Tecnológico de Monterrey campus Hermosillo Norte, originario de Guaymas y con tan sólo 25 años de edad se aventó todo el trabajo; a fin de cuentas es un trabajo en conjunto. De mi parte orquesté las actividades de logística, ingeniería, y asesorando a las empresas de cómo tenía que estar dirigido el proyecto para obtener la aprobación regulatoria”, precisó.

Durante 11 años han creado implantes y dispositivos | El Sol de Hermosillo

El experto indicó que la empresa Metalsa y Femsa, ubicadas en la ciudad de Monterrey se enfocaron en la producción en masa, es decir, la realización de toda la logística de los materiales, componentes, línea de ensamble, la cual fue aprobada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

“Al día de hoy ya tenemos aprobados por la Cofepris 200 ventiladores, los cuales se fabricaron en dicha localidad, y estamos en espera de fabricar más. Además, estos dispositivos fueron primeramente probados en modelo animal para su seguridad y eficacia. Fueron 12 cerditos, ya que tiene parámetros distensibilidad de los pulmones muy similares al ser humano, por lo que fue aprobado por la Cofepris”, dijo.

Por su parte, el ingeniero en mecatrónica, de 25 años, Arnoldo Heredia Astroga fue quien se encargó de realizar todo el diseño electrónico del ventilador mecánico, por este motivo, su jefe Galaz Méndez mencionó que es quien creó toda la funcionalidad de este aparato tan importante.

Ramsés Galaz, ingeniero mecánico del Tecnológico de Monterrey | El Sol de Hermosillo

Arnoldo es originario de Guaymas y egresó hace tres años del Tecnológico de Monterrey, campus Sonora Norte y durante su tiempo como universitario realizó prácticas y posteriormente fue contratado en la empresa hermosillense GSE Biomedical, lugar donde inició el proyecto de los ventiladores mecánicos.

“Nadie nos imaginamos lo que íbamos a lograr, porque las cosas se dieron muy rápido. Cuando menos pensé ya estaba en Monterrey con la empresa Metalsa, para ayudarnos con la fabricación de los ventiladores. Desde hace cuatro meses hasta hoy he viajado de Hermosillo a Monterrey o Ciudad de México, entonces todo ha sido muy agotador y además que está todo el tiempo el virus presente, porque andas en los aeropuertos arriesgándote, aunque siempre tomamos las medidas necesarias y todo salió bien”, expresó.

El ingeniero en mecatrónica explicó que su aportación inicial en la creación del ventilador automático fue implementar el diseño electrónico, la tarjeta gráfica y las propuestas electrónicas, en sí, la coordinación total del dispositivo, desde los sensores, hasta la pantalla.

“Lo que me tocó realizar fue la parte electrónica, lo que coordina todo el ventilador, lo que hace que se mueva; estamos hablando de sensores, de la pantalla, y todo lo que significa juntar esa orquesta, es decir, la propuesta de los componentes de inicio electrónico. Pero la empresa Metalsa potencializó todo ese prototipo. De ahí en fuera fue una colaboración enorme entre empresas e instituciones escolares”, dijo.

Asimismo, Arnoldo comentó que desarrollar este artefacto tan importante en la actualidad le resulta totalmente gratificante para su vida personal y laboral, puesto que el ayudar a las personas es algo que siempre le ha gustado hacer, sobre todo porque en México los pacientes con diagnóstico de Covid-19 fallecen por falta de un ventilador mecánico.

A su vez, agregó que antes de la emergencia sanitaria en Sonora, ya había hecho sistemas similares a los de un ventilador, por lo que esto fue de gran ayuda para desarrollar este instrumento que es totalmente útil y necesario durante esta pandemia, aunque considera que durante el proceso de elaboración tuvo retos distintos.

“Mis conocimientos aplicados para este trabajo fueron gracias a la empresa y universidad, porque la escuela te da toda la teoría y las herramientas, pero ya está en uno qué tanto las vas a explotar. Pero desde que inicié a trabajar y practicar en la empresa empezaron a salir necesidades de este tipo, no eran ventiladores pero sí sistemas similares y sin querer me fui preparando para hacer estos ventiladores”, agregó.

Por otra parte, señaló que cuando Grupo Coppel les solicitó a él y sus compañeros de la empresa GSE Biomedical, a cargo del ingeniero mecánico Ramsés Galaz Méndez, poner en marcha este proyecto, sintieron desesperación, miedo e incertidumbre al pensar que no terminarían a tiempo, pero los resultados finalmente fueron totalmente favorables.

“Teníamos miedo al principio sobre qué iba a pasar, pensamos que para cuando termináramos no iban a ser tan necesarios, pero todos estuvimos de acuerdo que se culminó a tiempo. Las cifras dicen que el 57% de las personas que fallecieron por esta enfermedad no tuvieron acceso a un ventilador, entonces qué mejor poder ayudarlos y salvar las vidas. Ahorita llevamos 200 ventiladores pero queremos crear más”, puntualizó.

Asimismo, Galaz Méndez mencionó que el próximo martes se contará con la lista de hospitales interesados en adquirir este dispositivo, pues dependerá de las fundaciones la obtención del mismo, incluso, hasta el día de hoy 20 dispositivos fueron comprados por el empresario Carlos Slim, los cuales se destinarán a cuatro estados de la República.

“Obviamente hay un precio de venta, no porque se esté lucrando con ellos, simplemente porque hay que absorber el precio de fabricación, entonces dependerá de las fundaciones donantes para su compra. Nosotros no decidimos a dónde irán, sólo recibimos órdenes. Es un dispositivo barato comparado con los de alta gama y de alguna manera cumple con la gran mayoría de las funciones y cada uno tiene un año de vida”, resaltó.

Dicho lo anterior, aseguró que las autoridades de salud en Sonora, en conjunto con el Gobierno, tienen el interés en comprar los ventiladores VSZ-20-2, aunque por ser un proyecto nuevo, todavía no tienen una respuesta si se comprarán o no, para que los ingenieros sonorenses inicien con la logística de producción.

“Cada uno cuesta 11 mil dólares, podría sonar caro pero no es así, porque los ventiladores de alta gama están oscilando entre los 65 mil a 70 mil dólares cada uno. Es un ventilador hecho de una manera emergente, pero tiene sus capacidades. Si bien es cierto, esto no sustituye a un ventilador de alta gama, sin embargo puede reemplazar a los dispositivos en aquellos casos de síndrome de dificultad respiratoria aguda grave, pero no cuadros tan complejos en términos de los parámetros que requiere el paciente”, detalló.

A su vez, aseguró que la empresa mexicana Metalsa, la cual se dedica a entregar soluciones integrales de ingeniería impulsada por simulación y diseño a través de la computadora, fue quien aportó mayor cantidad monetaria para que se lograra la producción de los primeros 200 ventiladores mecánicos, al invertir un millón de dólares para toda la línea de fabricación.

“Estos ventiladores son muy importantes, porque recuerdo que al principio de la pandemia se manejaba que un solo ventilador podía conectar a múltiples personas al mismo tiempo, lo cual no es nada recomendable porque éste tiene que atender a una sola persona, ya que la persona con Covid-19 tiene distintas características y parámetros clínicos a otras. Si yo quisiera ventilar a dos personas con un solo ventilador, tendrían que ser idénticas, con un solo peso, volumen pulmonar, misma necesidad de frecuencia ventiladora”, aseveró.

Por último, considera que a raíz de la emergencia sanitaria en México, provocada por Covid-19, ha expuesto cada una de las deficiencias que el país contaba en materia de salud, como también en el desarrollo tecnológico, ya que no se cuenta con una industria que desarrolle dispositivos médicos para enfrentar de manera inmediata una pandemia mundial.

“La pandemia fue el pretexto perfecto para detonar esta industria. Este dispositivo lleva fácil cuatro años de trabajo para su elaboración, pero tuvimos que comprimir ese tiempo en 10 semanas. De alguna manera fue un reto, se dieron las flexibilidades necesarias para poder determinar los lineamientos regulatorios, pero a fin de cuentas lo que más motivó a hacer este ventilador es la necesidad tan alta que tenemos como país de atender casos Covid-19 y que de alguna manera se puedan mantener vivos gracias a una presencia de este aparato”, puntualizó.

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