Son residuos de Covid-19 posibles focos de contagio

En San Luis Río Colorado, al menos 1 tonelada como mínimo de RPBI es lo que se recoge para ser incinerado en Tijuana

Óscar Gómez | Tribuna de San Luis

  · lunes 24 de agosto de 2020

Muestras de sangre, cubrebocas, gasas, entre otras cosas usadas en pacientes Covid-19 son residuos infecciosos peligrosos | Cortesía PICSA

Parte de los efectos derivados de la contingencia sanitaria ha sido la gran cantidad de desechos produ­cidos en sitios como hospitales, clínicas, laboratorios y hasta en los hogares, los cuales en su mayoría han sido catalogados como Residuos Peligrosos Bio­lógicamente Infecciosos o simplemente RPBI-Covid-19, los cuales ameritan un pro­tocolo minucioso según lo establecido en la Norma Oficial Mexicana NOM-087-SEMAR­NAT-SSA1 vigente en el Diario Oficial de la Federación.

En San Luis Río Colorado no es la excep­ción, pues durante el segundo trimestre del 2020 se multiplicó de manera inmediata la generación de dichos residuos, contabilizan­do entre 1 tonelada y 1 tonelada 300 kilogra­mos mensuales, hablando tan sólo de los registros de Procesos Industriales Cachanilla (Picsa), empresa cuya certificación le permite actuar en el protocolo de al menos 20 insti­tuciones y empresas, las cuales generaban menos de 500 kilogramos durante los pri­meros tres meses del 2020.

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Dichas cifras suponen el incremento del 160% del material a incinerar, lo que se ha convertido en un claro fenómeno que refleja la situación a la que el Sector Salud se en­frenta y por la que el medio ambiente, así como la salud de las comunidades o personas cercanas a dichos residuos, corren peligro de no tratarse con cautela, siendo esto último muy penado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secre­taría de Medio Ambiente y Recursos Natura­les, lo que podría ocasionar la suspensión o clausura de actividades de los estableci­mientos o instituciones que permitan el acu­mulado de RPBI si clasificación o sellado.

PROTOCOLO RIGUROSO

Así lo compartió Ana María Ruiz Vázquez, coordinadora de Picsa y quien destacó la im­portancia de la contratación de personal capacitado para el manejo de los Residuos No Anatómicos (recipientes con sangre líqui­da o cualquier material empapado de fluidos corporales) y aquellos de cepas/cultivos, co­mo equipo u objetos requeridos en análisis de laboratorio, de los cuales mencionó que en Mexicali se llegan a producir hasta 6 mil toneladas al mes, cifra bastante mayor al del municipio sonorense.

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En marzo aún no estaba bien definido lo que iba a suceder con toda la situación del nuevo coronavirus, por eso fue una locura cuando a principios de abril se comenzaron a contagiar muchas personas y, por ende, a generar cientos de kilogramos de RPBI-Co­vid-19 que es a lo que prestamos atención únicamente hoy en día

En ese sentido, explicó que todo material que haya tenido contacto con personas in­fectadas con la cepa del coronavirus tienen que tirarse a tambos sellados de origen den­tro de bolsas con un característico rojo y logo oficial que indica que es material peligroso; posteriormente, recolectores harán su ruta por Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado y Mexicali, siendo este último municipio en donde serán separados en un centro de aco­pio especial.

Ahí, podrían estar apartados almacena­dos entre 30 y 60 días, sin estar a la intem­perie y debidamente esterilizados; dependiendo los objetos, se tendrá que pro­ceder a la trituración para volverlos irreco­nocibles y luego serán confinados, según lo indicado por la Semarnat.

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Después, se hace el último traslado hacia Tijuana en donde finalmente serán incinera­dos con maquinaria especial y bajo un trata­miento específico.

Antes, recogíamos 20 kilogramos en pro­medio por cliente y cobrábamos 80 pesos por cada kilo; sin embargo, después empezaron a producir más de 300 kilogramos y por tal volumen comenzamos a negociar con ellos, logrando acordar en algunos casos hasta el 50% de descuento por tratarse de RPBI-Covid-19. Así ayudábamos al cliente por esta situación

PROBABLE DISMINUCIÓN DE CONTAGIOS

Por otra parte, la entrevistada mencionó que un indicador de que el ritmo de contagio ha disminuido, tanto en Mexicali como en San Luis Río Colorado, es el hecho de que durante el inicio del tercer trimestre (de julio hasta el cierre de esta edición) la producción de RPBI ha bajado considerablemente, por lo que los servicios de empresas como Picsa no han sido tan requeridos.

Esperemos que vaya a la par del semáforo epidemiológico, el cual ya cambió al “naranja”. Parece ser que ya se fue lo más fuerte, a menos que haya algún otro brote

Por último, dijo que los peligros que se pudieran presentar son principalmente en su personal y en aquellos que se encuentren alrededor de instituciones o empresas que almacenan clandestinamente estos dese­chos, provocando posibles focos de contagio en el área perimetral.

Hay personas que no les importa, debe­rían saber que existen estos riesgos. Tendrían que hacer conciencia para no seguir tirando RPBI en canales de riego o en áreas naturales