San Luis R.C.- Es necesario que instituciones de gobierno y no gubernamentales, trabajen en campañas intensivas para que la población reflexione sobre el uso del plástico.
A un año de haberse hecho efectiva en Sonora la Ley que prohíbe la fabricación, distribución y uso de bolsas de polietileno y todo material plástico convencional, utilizado y entregado en supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general para transporte de productos o mercancías, en San Luis Río Colorado el cambio ha sido paulatino pues ya se elaboran algunas amigables con el medio ambiente y en otros casos, se han dejado de dar a los clientes.
Martha Román, coordinadora en esta frontera de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (CEDES) dijo que en algunas ciudades de este país como la Ciudad de México y de Estados Unidos entre éstas San Francisco, California, las autoridades municipales prohíben a los comerciantes y empresarios que utilicen bolsas de plástico, fomentando así que los clientes lleven sus propias bolsas de tela, papel o cajas de cartón para cargar los productos que compran.
Consideró que para que lo anterior se haga efectivo a nivel local tiene que intervenir el gobierno municipal. Sin embargo, no se ha logrado nada al respecto.
En esta ciudad son muy pocos los negocios que entregan la mercancía en bolsas de papel y eso lo hacen por voluntad propia, por el mero hecho de contribuir en el cuidado del medio ambiente, reconvirtiéndose a “empresa verde”.
“En San Luis no existe, por ahora, un reglamento municipal que obligue a los comerciantes a dejar de usar bolsas de plástico”, externó Martha Román.
La ambientalista refirió que, por lo general, cuando se trata de imponer algo como este tipo de regulaciones, se genera un rechazo tanto del comerciante como del cliente. Por lo anterior, propone otorgar incentivos, pueden ser fiscales como descuentos en impuestos municipales, a las empresas y comercios que participen en la iniciativa de dejar de usar bolsas de plástico o bien, que opten por biodegradables o de materiales que no contaminen.
DAÑOS AL AMBIENTE
La población debe tomar conciencia del daño que hacen al ambiente al utilizar bolsas de plástico normal pues éstas pueden durar hasta 100 años en desintegrarse, mientras que las semibiodegradables tardan entre tres y ocho meses para empezar a biodegradarse, según la leyenda que traen impresa, así que lo ideal es descartar el uso de cualquier tipo de bolsa de plástico.
Otro problema que existe con las bol sas de plástico que son desechadas, es la generación de microplásticos pues, si bien, una bolsa o un vaso de foam se deshacen poco a poco, no se desintegran al 100% sino que generan lo que se conoce como micro o nanoplásticos que llegan a los seres humanos a través de la cadena trófica (alimenticia). Martha Román agregó que muchos de esos nanoplásticos terminan en el mar o en los ríos y son comidos por organismos como los peces que después los consumen las personas.
Hay gente que trabaja en investigaciones para saber cuál es el efecto de los mi- croplásticos en los seres humanos.
Es necesario, opinó Martha Román, coordinadora de la CEDES, que instituciones de gobierno y no gubernamentales de San Luis Río Colorado, trabajen en campañas intensivas para que los ciudadanos reflexionen sobre el uso del plástico.
INDUSTRIA NO DESAPARECERÁ
Añadió que es imposible que se acabe la industria del plástico ya que un considerable número de familias dependen de ésta, desde los dueños hasta los trabajadores de las fábricas. “Es un hecho que el plástico no se va acabar. El plástico ha facilitado la vida del humano. Entonces lo que nos queda, es ser más conscientes en que debemos reducir el consumo de este material. Es importante resaltar que no estamos en contra de esta industria, pero sí consideramos que deben generar plásticos que sean más amigables con el medio ambiente”, concluyó Martha Román.