El 23 de marzo del 2014 el sediento Río Colorado, que cruza la frontera de Estados Unidos a México, cobró vida con la liberación de 224 mil millones de galones de agua y de este modo, luego de 17 años, el río volvió a conectarse con el mar.
Así fue el proyecto denominado “Flujo Pulso”, considerado el primer acuerdo internacional de liberación de volúmenes de agua con fines plenamente ambientales.
El flujo se liberó durante ocho semanas a lo largo de más de 2 mil hectáreas.
A seis años del Flujo Pulso, Gabriela González Olimón, responsable de Educación Ambiental en la organización Sonoran Institute, refiere como una de las principales evidencias de éxito se refleja en las aves.
Antes de la liberación de agua en la región del Delta, comprendida a partir de la frontera con Estados Unidos hasta el estuario donde el río se conecta con el mar, llegaban a cuantificarse alrededor de 50 especies de aves; ahora a raíz del Flujo Pulso han llegado a ubicarse hasta 300 tipos.''
Se han visto más especies migratorias, por ejemplo algunas que vienen de Canadá y del norte de Estados Unidos que viajan en invierno para alimentarse y descansar, probablemente antes no se detenían porque no había vegetación ni comida
González Olimón refiere que este tipo de aves suelen viajar de noche e identifican el reflejo del agua para detenerse y se ha comprobado que algunas se quedan definitivamente.
Un indicador clave o el mejor ejemplo del éxito del Flujo Pulso para los especialistas ambientales del Sonoran Institute es el “Palmoteador de Yuma”, ave endémica de la región del Delta cuya población disminuyó precisamente por la pérdida de humedales.
Su hábitat se había visto sin agua ni vegetación, no tenía donde reproducirse o vivir pero después de la restauración su hábitat incrementó, es un buen indicador de que el ecosistema está funcionando
A nivel tierra el beneficio también se refleja en coyotes, mapaches, gato montés y especialmente en los castores cuyo hábitat también estaba decremento.
La organización Audubon reportó en su revista de edición digital que el afluente del Río Colorado, a su pasó, hizo crecer hasta en un 16% la vegetación, según lo reportaron investigaciones científicas, enfatizando el renacimiento de plantas autóctonas como álamos y sauces.