A través de la plataforma Trip Advisor, existen turistas que a través de sus reseñas comparten su experiencia al subir a las dunas de la Playa Balandra, e incluso alientan a otros turistas y visitantes a hacer lo mismo para obtener las mejores vistas del destino, a pesar de que esto se encuentra prohibido, debido a que esta es un Área Natural Protegida.
IMPACTOS DEL TURISMO
De acuerdo con el Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna en Balandra, publicado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), los impactos del turismo dentro de esta Área Natural Protegida son principalmente la presencia de basura y el impacto a la vegetación herbácea que crece en las dunas costeras, debido a que las y los visitantes caminan por senderos sobre las dunas, lo cual impide la regeneración de este tipo de vegetación.
Asimismo, las y los visitantes tienden a entrar a las zonas de manglar, incluso en automóvil en busca de sombra, donde realizan el corte de algunas ramas para realizar sus actividades; aunque éstas no comprometen o ponen en riesgo la vida del manglar, las mutilaciones, los cortes y las muescas son parámetros de impacto que deterioran la belleza escénica y la riqueza del paisaje.
Cabe resaltar que estas situaciones no han generado impactos irreversibles en los ecosistemas; sin embargo, es necesario orientar y ordenar las actividades turísticas a fin de reducir los impactos y permitir que el ecosistema se regenere por sí mismo.
LA FORA Y FAUNA DE LAS DUNAS DE BALANDRA
La playa Balandra presenta diversas geoformas como cantiles, laderas, depósitos de talud y aluvión, así como valles, dunas, barras de arena y playas que la hacen toda una maravilla, además de su función de proteger a los esteros.
En la zona de los cordones de dunas se registran especies pioneras como la golondrina (Chamaesyce leucophylla), una de las especies más comunes en las playas sudcalifornianas, así como Abronia marítima; dos gramíneas comunes, como pioneras o como integrantes de la cresta de la duna, son Sporobolus virginicus y la dioica Jouvea pilosa, que aparecen como especies mutuamente excluyentes en las playas; también se encuentra Marina maritima, endémica de la costa este de la región del Cabo.
Mientras que en cuanto a la flora, ahí crece una vegetación halófita que presta significativos servicios ambientales; el más importante es que funciona como una barrera de protección ante los efectos nocivos del viento y las mareas. Las dunas costeras en conjunto con la vegetación permiten que la línea de costa tenga una menor dinámica, ya que la vegetación costera intercepta el movimiento del viento y la arena, por lo que fija la duna, permitiendo la acumulación de materia orgánica y, por ende, la formación de suelo.
OBSERVADORES CIUDADANOS
Actualmente existe una Red de Observadores Ciudadanos A.C., quienes se dedican a vigilar el área y monitorear la calidad del agua, ahí realizan recorridos terrestres y marítimos en los que tienen cuidado de que ninguno de los visitantes esté incurriendo en una actividad que sea considerada como potencialmente riesgosa para la salud del ecosistema.
La Red de Observadores Ciudadanos, mencionan que la importancia de las dunas es principalmente porque en ellas se alberga vegetación y fauna que pueden ser endémicas o en peligro de extinción, e incluso organismos que son muy pequeños y que no se pueden apreciar a simple vista y que requieren de cuidado y protección.
El protocolo que suelen implementar cuando detectan una actividad o conducta de este tipo, es acercarse al usuario o turista y hacerle saber que la actividad que está realizando puede afectar al medio ambiente al mismo tipo que se le comunica el marco legal que protege esta zona, como por ejemplo, si hay alguien caminando sobre las dunas, realizan la invitación para que se bajen de estas.
Actualmente existe un reglamento en Balandra, que incluye principalmente, no encender fogatas directamente en la arena, no extraer ni remover nada de lo que se encuentre en el lugar, no tener música fuerte para no perturbar a las aves ni a la fauna, no se permite la pesca en ciertas zonas, etc., sin embargo, en particular en la prohibición de subirse o caminar sobre las dunas, esta es la más recurrente y es la que más suele incrementarse en la temporada alta de Balandra, principalmente en vacaciones de verano y semana santa, en donde particularmente, el grupo de la Red de Observadores realizan un campamento para poder mantener vigilada la zona en todo momento.
GRAN INCIDENCIA
Los Observadores, señalan que en los recorridos que suelen hacer hay una incidencia muy alta en las personas que infringen el reglamento de Balandra, sin embargo, la regla que más se viola es la de caminar por las dunas, ya que ellos realizan 7 recorridos al mes, de los cuales, en un lapso de 4 horas existen al menos 5 personas que se encuentran arriba de las dunas, entre las que la mayoría conocen acerca de la prohibición y aún así lo hacen, ya que existe señalización en toda el área de manera muy sugestiva.
A pesar de esto, los Observadores no tienen facultades para sancionar, por lo que únicamente establecen diálogo e invitan a las personas a cumplir con el reglamento, mientras que en ocasiones cuando la falta es grave, refieren sobre el incidente a las autoridades correspondientes para que estas intervengan con las sanciones pertinentes.