La presencia de aves migratorias en los humedales de cualquier región es reflejo de un ecosistema que mantiene una buena calidad, y propicia que diferentes especies pueden resguardarse y alimentarse mientras continúan con su proceso de migración, tal es el caso de los radicados en Mexicali.
El biólogo Carlos Roano Ornelas explicó que si estas aves visitan los remanentes del Delta del Río Colorado, esto significa que el humedal está brindando los servicios ambientales necesarios para seguir con su viaje.
Los humedales del Río Colorado desde el 2008 fueron decretados como un sitio Ramsar, lo cual se le denomina a las zonas que han sido reconocidas internacionalmente por la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas.
En Mexicali se pueden encontrar alrededor de 310 especies de aves y particularmente en el sistema lagunar, el cual considera a la Laguna México, Xochimilco y Campestre, se encuentran unas 115 especies, entre estas residentes y migratorias.
La presencia de estas aves no solo ayuda a la biodiversidad, destacó el biólogo, sino que también ayudan a protegernos de las poblaciones de plagas, lo cual también beneficia a las personas.
La presencia de estas aves inhibe que haya plagas de pulgones, gorgojos, ciertas especies de escarabajos, langostas, saltamontes y polillas, por mencionar algunas.
“Nuestros humedales no solo tienen vegetación acuática, sino también arbolado, y estos humedales generan alimentos para ellas, diferentes especies de insectos y por eso llegan a los humedales para alimentar y cargar energía”, explicó.
DE DÓNDE VIENEN
El también integrante de la Asociación de Biólogos de Mexicali resaltó que las aves migratorias vienen desde Estados Unidos y Canadá, las cuales buscan evitar el clima extremo.
Durante el verano, las aves están en su temporada de reproducción y cuando inicia el otoño, empieza su migración, tanto de aves acuáticas, como terrestres, las cuales buscan refugiarse en aguas cálidas.
De las especies significativas se encuentra el pato golondrino, la cerceta de alas azules, la cerceta de alas verdes, diversas especies de chipes, el ganso canadiense, pirangas, gaviotas y los pelícanos blancos y los pelícanos pardos.
Los pelícanos son de las especies categorizadas como amenazadas, por lo que es importante que cuenten con un espacio en donde refugiarse, destacó el especialista.
LA LEJANÍA
Roano Ornelas resaltó que el viaje de las aves migratorias puede superar los 8 mil kilómetros, siendo que su viaje inicia en norteamérica, las cuales llegan a esta ciudad, sin embargo, se les ha visto en países como Colombia y Ecuador.
“El pato golondrino, se ha visto en Alaska y han sido cazados en Guatemala, por lo tanto podemos concluir o determinar que esa ave viajó unos 8 mil kilómetros”, precisó.
Igualmente, la cerceta de alas azules, que se cría en Canadá durante el verano y en invierno se le puede encontrar en Ecuador, por lo que dicha especie viaja unos 9 mil kilómetros como parte de su recorrido.