TIJUANA.- La circularidad del agua es algo que debe impulsarse en Baja California, por lo que no solo urge crearle ciclos más cortos en las empresas, fraccionamientos y casas, sino también en el caso de las aguas residuales tratadas, para que no contaminen las playas y podamos recargar con ellas el acuífero.
Así lo consideró el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Baja California, quien destacó que es tiempo de aplicar una economía circular, creando ciclos más cortos para retener y reutilizar el agua, en vez de tratarla en plantas de tratamiento para solo tirarla y que lleve contaminantes al mar.
DOBLE USO
“No solo es aprovechar mejor las aguas residuales que llegan a las plantas de trata- miento, sino también la de casas y empresas; por ejemplo, los enjuagues del lavado de ropa porque, si bien la primera agua es muy jabonosa, la de los siguientes enjuagues es agua limpia y una vez separada podría servir para las plantas propias o las del vecino”, comentó.
El funcionario reiteró que es absurdo que, en Tijuana, las aguas residuales sean tratadas con una gran calidad y a un alto costo, pero no sean reutilizadas por falta de infraestructura hidráulica y terminen tirándose limpias a la canalización del río, donde vuelven a contaminarse en su trayecto al mar.
Recordó que el pasado 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana y la Secretaría para el Saneamiento y Protección del Agua (SEPROA) en Baja California realizaron un Foro Virtual, en el cual participó en una mesa junto al químico Rigoberto Laborín Valdez, subsecretario de Saneamiento de la SEPROA.
Añadió que, en dicha mesa, Laborín Valdez presentó los resultados de una investigación hecha hace unos años, misma que incluía una estimación del costo energético que implica hoy el recorrido del agua residual tratada en plantas de la zona Este de Tijuana hacia Punta Bandera y lo que costaría enviarla a Valle de las Palmas para recargar el acuífero.
GRAN GASTO
“Comparó la rentabilidad, tan solo el costo energético y en materiales empleados; nos dijo que hoy se gastan cerca de 49 millones 796 mil pesos para descargar al cauce del Río Tijuana las aguas tratadas en las plantas del Monte de los Olivos y de La Morita, mientras que enviar esas aguas a Valle de las Palmas costaría unos 49 millones 404 mil pesos”, dijo.
Son dos plantas que tratan muy bien el agua, afirmó Zavala Álvarez, pero al arrojarla al río se va contaminando por el canal, luego llega a otra planta antes de cruzar la línea; de allí se bombea y se mezcla con el agua del colector de toda la ciudad, que es un tubo de más de dos metros que va por la Internacional hasta la planta de la colonia Castillo.
De allí, continuó explicando, se bombea más de 90 metros para llegar a Punta Bandera y allí se descarga, pero ya mezclada con más agua de la ciudad, agua no tratada, de modo que se vuelve a contaminar antes de llegar al mar, por eso es vital redirigir este flujo, evitar la contaminación, aprovechar estas aguas para que sean una inversión y no un gasto.