/ jueves 18 de mayo de 2023

Grandes directores se presentan en Cannes

Desafiante el retorno de Hirokazu Kore-eda; Wim Wenders y Pedro Almodóvar estrenan sus últimos filmes

CANNES. Mientras que aquí aún resuena la controversia por la inauguración del certamen con la producción francesa, la presencia en ella de Johnny Depp y su algo “agitada” conferencia de prensa, además de las “olas” que provocó otra película del país anfitrión, es un placer poder hablar de cine en serio y más particularmente de una de las dos películas con las que se inauguró este miércoles la parte competitiva del certamen.

Se trata de Monstruo, el último filme de Hirokazu Kore-eda con el que el prolífico maestro japonés regresa por séptima ocasión a la competencia en Cannes, donde en 2018 se hizo acreedor de la Palma de Oro por Shoplifters (Un asunto de familia).

Puede interesarte: Inicia la edición 76 del Festival de Cannes

La película está narrada desde tres puntos de vista: dos adolescentes, la madre de uno de ellos y su profesor, a la manera del famoso Rashomon, la célebre película de Akira Kurosawa, otro emblemático cineasta japonés.

El inicio se antoja algo laborioso. A lo largo de las “versiones” del maestro y de la madre quien considera que él es el responsable del comportamiento de repente raro de su hijo, uno trata de encontrar los puntos de referencia que le permitirían entender el trasfondo del comportamiento de los personajes. Hasta que empieza a desarrollarse la tercera “versión” de la narración, aquella que corresponde a la “visión” de los dos adolescentes. A partir de ahí todo encaja perfectamente, la presentación del mundo onírico, sentimental de los jóvenes, explica y redondea este recorrido de la niñez hacia la adolescencia. Se trata de una película que recorre con pertinencia y sensibilidad el camino del desafío a la celebración y la sublimación de las relaciones humana y más específicamente aquellas de los niños. Anotaremos la notable contribución al ambiente de la película de la música de Ryuichi Sakamoto, el último trabajo para el cine del célebre compositor japonés y ganador de un Oscar, justo antes de su reciente fallecimiento.

Cercana temáticamente pero de ninguna manera comparable respecto a logros, fue la segunda película en competencia, la producción francesa Retorno a casa de la realizadora Catherine Corsini, varias veces presente en la competencia de Cannes.

Elle Fanning / AFP


Corsini trata en este drama familiar el caso de una viuda de color quien regresa con sus dos hijas adolescentes a la isla francesa de Corsega donde antes vivió con su marido francés. Su relación con las adolescentes, la abierta xenofobia y racismo de los locales además del laborioso camino de las dos chicas hacia la madurez constituyen en principio un punto de partida interesante y prometedor. Por desgracia conforme la película avanza, cede a todas las trampas posibles de sentimentalismo que minan el interés y el aporte de la película.

Camino a casa fue además el segundo punto de controversia al que aludíamos al principio de esta nota. La película fue seleccionada días antes del inicio del certamen llegando aquí bajo controvertidas acusaciones contra la realizadora y la producción por haber rodado escenas de relaciones sexuales entre las jóvenes protagonistas no previstas en el guión lo que provocó al retiro por parte del Centro del Cine Francés, el CNC, de todos los apoyos acordados previamente para su producción.

Por otro lado, Cannes estrenó fuera de competencia los últimos aportes fílmicos de dos grandes cineastas, Wim Wenders y Pedro Almodóvar. La programación del festival resultó en que ambas películas se estrenaron en horarios similares.

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Obligado que escoger, no acudí a Extraña forma de vida de Almodóvar, un raro western bajo forma y duración de cortometraje en lengua inglesa con las actuaciones de Ethan Hawke y Pedro Pascal y preferí Anselm de Wim Wenders. No me he arrepentido ya que Wenders, ofrece con la ayuda de la técnica de 3D, el retrato sólido, inspirado quizás a veces más largo que necesario, del comprometido y visionario artista, escultor y constructivista alemán Anselm Kiefer.

Este miércoles se iniciaron además las icónicas secciones paralelas de Cannes, La Quincena de Realizadores bajo su nuevo delegado general Julien Rejl y la Semana de la Crítica. Destacó en la primera la película de inauguración, la producción francesa El caso Goldman, de Cedric Kahn sobre el famoso juicio tintado de antisemitismo ocurrido en 1976 contra un anarquista falsamente acusado de asesinato.

CANNES. Mientras que aquí aún resuena la controversia por la inauguración del certamen con la producción francesa, la presencia en ella de Johnny Depp y su algo “agitada” conferencia de prensa, además de las “olas” que provocó otra película del país anfitrión, es un placer poder hablar de cine en serio y más particularmente de una de las dos películas con las que se inauguró este miércoles la parte competitiva del certamen.

Se trata de Monstruo, el último filme de Hirokazu Kore-eda con el que el prolífico maestro japonés regresa por séptima ocasión a la competencia en Cannes, donde en 2018 se hizo acreedor de la Palma de Oro por Shoplifters (Un asunto de familia).

Puede interesarte: Inicia la edición 76 del Festival de Cannes

La película está narrada desde tres puntos de vista: dos adolescentes, la madre de uno de ellos y su profesor, a la manera del famoso Rashomon, la célebre película de Akira Kurosawa, otro emblemático cineasta japonés.

El inicio se antoja algo laborioso. A lo largo de las “versiones” del maestro y de la madre quien considera que él es el responsable del comportamiento de repente raro de su hijo, uno trata de encontrar los puntos de referencia que le permitirían entender el trasfondo del comportamiento de los personajes. Hasta que empieza a desarrollarse la tercera “versión” de la narración, aquella que corresponde a la “visión” de los dos adolescentes. A partir de ahí todo encaja perfectamente, la presentación del mundo onírico, sentimental de los jóvenes, explica y redondea este recorrido de la niñez hacia la adolescencia. Se trata de una película que recorre con pertinencia y sensibilidad el camino del desafío a la celebración y la sublimación de las relaciones humana y más específicamente aquellas de los niños. Anotaremos la notable contribución al ambiente de la película de la música de Ryuichi Sakamoto, el último trabajo para el cine del célebre compositor japonés y ganador de un Oscar, justo antes de su reciente fallecimiento.

Cercana temáticamente pero de ninguna manera comparable respecto a logros, fue la segunda película en competencia, la producción francesa Retorno a casa de la realizadora Catherine Corsini, varias veces presente en la competencia de Cannes.

Elle Fanning / AFP


Corsini trata en este drama familiar el caso de una viuda de color quien regresa con sus dos hijas adolescentes a la isla francesa de Corsega donde antes vivió con su marido francés. Su relación con las adolescentes, la abierta xenofobia y racismo de los locales además del laborioso camino de las dos chicas hacia la madurez constituyen en principio un punto de partida interesante y prometedor. Por desgracia conforme la película avanza, cede a todas las trampas posibles de sentimentalismo que minan el interés y el aporte de la película.

Camino a casa fue además el segundo punto de controversia al que aludíamos al principio de esta nota. La película fue seleccionada días antes del inicio del certamen llegando aquí bajo controvertidas acusaciones contra la realizadora y la producción por haber rodado escenas de relaciones sexuales entre las jóvenes protagonistas no previstas en el guión lo que provocó al retiro por parte del Centro del Cine Francés, el CNC, de todos los apoyos acordados previamente para su producción.

Por otro lado, Cannes estrenó fuera de competencia los últimos aportes fílmicos de dos grandes cineastas, Wim Wenders y Pedro Almodóvar. La programación del festival resultó en que ambas películas se estrenaron en horarios similares.

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Obligado que escoger, no acudí a Extraña forma de vida de Almodóvar, un raro western bajo forma y duración de cortometraje en lengua inglesa con las actuaciones de Ethan Hawke y Pedro Pascal y preferí Anselm de Wim Wenders. No me he arrepentido ya que Wenders, ofrece con la ayuda de la técnica de 3D, el retrato sólido, inspirado quizás a veces más largo que necesario, del comprometido y visionario artista, escultor y constructivista alemán Anselm Kiefer.

Este miércoles se iniciaron además las icónicas secciones paralelas de Cannes, La Quincena de Realizadores bajo su nuevo delegado general Julien Rejl y la Semana de la Crítica. Destacó en la primera la película de inauguración, la producción francesa El caso Goldman, de Cedric Kahn sobre el famoso juicio tintado de antisemitismo ocurrido en 1976 contra un anarquista falsamente acusado de asesinato.

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