Agradecido con la vida y afortunado por el cariño de los mexicalenses se mostró Alejandro Fernández durante su concierto en la Plaza de Toros Calafia, recinto que albergó a alrededor de 10 mil almas, agotando casi todas las localidades.
Algunos no pudieron resistir y se levantaron de sus asientos, saltando y coreando los éxitos que son parte de su gira “Hecho en México”.
Desde luego también incluyó en su repertorio algunos clásicos rancheros de su padre Vicente Fernández, a modo de homenaje.
El momento más especial, que todos esperaban, fue la interpretación ya clásica de “El Cachanilla”, permitiendo que los asistentes corearan y se sintieran muy identificados.
“Sin tantita pena”, “Qué lástima” y “Me dediqué a perderte” fueron algunos de los temas favoritos del público, quienes pasaron una noche maravillosa disfrutando la actuación del “Potrillo”, quien portando traje de charro, acompañado por mariachi y bailarinas ofreció un gran espectáculo.