Es septiembre y el Zócalo capitalino pinta de verde, blanco y rojo, se tapiza de banderas, sombreros de palma y bigotes falsos. Es la época en la que más gusto da ser mexicano y no sólo en temas de identidad,también de consumo.
Dice La canción del mariachi que a los mexicanos nos gusta tomar nuestras copas y “beber tequila blanco, con su sal le da sabor”. Y es precisamente esta bebida la que más se consume en las fiestas patrias, junto con la cerveza mexicana.
Según una encuesta de la Cámara de Comercio en Pequeño (Canacope) de la Ciudad de México, para el 15 de septiembre la bebida que más se consume es la cerveza con 29.8 por ciento, seguida por el tequila que roza 15 por ciento.
Las fiestas patrias son sinónimo de reunión en familia, antojitos típicos, que pueden ir desde una tradicional quesadilla, hasta platillos más elaborados como el pozole, el mole o la pancita de res.
Según un estudio elaborado por la consultora de consumo Kantar Millward Brown, el mexicano tiene un profundo arraigo a sus tradiciones al grado de tomar la mexicanidad como una “verdad absoluta que es difícil desafiar porque siempre se ha hecho así”.
El mismo análisis refleja que en septiembre hay un pico de orgullo nacional que se refleja también en las tendencias de Twitter, especialmente a partir de frases que popularizaron figuras admiradas por los mexicanos, como Guillermo del Toro, quien acuñó el #porquesoymexicano, después de ganar un Globo de Oro por La Forma del Agua.
Otra frase nació de Javier El Chicharito Hernández, quien en la justa mundial de futbol del año pasado pidió imaginar "cosas chingonas” y que el seleccionado nacional podía salir campeón. No sucedió, pero la frase se quedó grabada en la mente de los mexicanos.
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Con dinero y sin dinero
La celebración del mes patrio tiene un lugar muy especial entre las familias mexicanas, pues nueve de cada 10 encuestados por la plataforma de compras en línea, Tiendeo, pasarán la Fiesta Mexicana con sus seres queridos y gastarán entre 500 y mil pesos por persona.
El gran total calculado para el fin de semana es de 18 mil 700 millones de pesos en todo el país, según estimaciones de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio y Servicios Turísticos (Concanaco Servytur), casi cinco por ciento más que el año pasado.
Este incremento es resultado de que este año el tradicional grito cae en fin de semana, lo que genera un puente, que según la Concanaco permitirá que algunas familias visiten destinos turísticos en mayor medida que el año pasado, aseguró José Manuel López Campos, presidente de los pequeños comerciantes.
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Peligra la tradición
Ver las plazas públicas repletas de vendedores de banderas, muñecos, sombreros, matracas, espantasuegras y bigotes falsos es casi tan tradicional como la ceremonia del Grito de Independencia.
Decenas de puestos se instalan en el primer cuadro de la ciudad. La mayoría de las personas que venden en la zona provienen de Jilotzingo, un pueblo Otomí que tiene décadas dedicado a la fabricación de símbolos patrios, ubicado en el municipio de Otzolotepec, estado de México.
Patricia Jerónimo Quirin, oriunda de Jilotepec, comenta que desde abril inician la confección de los distintivos.
Patricia proviene de una familia con más de 30 años en la fabricación de banderas, y aunque asegura que siente orgullo por mantener la tradición, también de enfrentan a la entrada de productos chinos que afectaron sus ventas. "Este año sólo fabricamos cinco mil banderas", cuando cuenta que siete años atrás tenía pedidos de hasta 10 mil lábaros patrios.
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Esta es la realidad que enfrentan al menos 350 vendedores que se instalaron alrededor de la Plaza de la Constitución, según una inspectora de la vía pública de la Ciudad de México.
El presidente de la Concanaco coincidió al señalar que las buenas expectativas son ensombrecidas por la piratería de productos tradicionales, principalmente de origen chino.
