El 14 de octubre de 2025, será el fin del soporte para Windows 10 de acuerdo a un anuncio por parte de Microsoft, marcando el final de una era para este sistema operativo. Esto significa que millones de computadoras que actualmente lo utilizan dejarán de recibir actualizaciones de seguridad, parches y soporte técnico.
Aquí exploraremos las implicaciones de este cambio y su impacto en el medio ambiente.
FIN DE SOPORTE
A partir de octubre de 2025, los usuarios de Windows 10 enfrentarán la falta de actualizaciones de seguridad, dejando sus dispositivos vulnerables a ataques cibernéticos.
Así como la ausencia de parches para errores y problemas técnicos y el fin del soporte técnico de Microsoft.
IMPACTO AMBIENTAL
Estimaciones sugieren que más de 500 millones de computadoras en todo el mundo utilizan Windows 10 al momento de finalizar el soporte. Esto plantea una preocupación significativa en cuanto a la generación de residuos electrónicos. La mayoría de estas computadoras serán consideradas obsoletas y potencialmente desechadas, contribuyendo al creciente problema de la basura electrónica.
ALTERNATIVAS SOSTENIBLES
Para mitigar este impacto ambiental, se recomienda:
- Actualizar a Windows 11 o sistemas operativos alternativos, si el hardware lo permite.
- Reutilizar o reciclar componentes.
- Donar dispositivos funcionales a organizaciones benéficas.
- Participar en programas de reciclaje de electrónicos.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
El fin de soporte para Windows 10 también tendrá implicaciones económicas y sociales como lo son los costos significativos para empresas y usuarios individuales para actualizar o reemplazar dispositivos.
Así como las posibles pérdidas de productividad debido a la incompatibilidad con software y hardware más nuevos y los desafíos para comunidades con acceso limitado a tecnología actualizada.
El fin de soporte para Windows 10 marca un punto crítico en la era digital, resaltando la necesidad de prácticas sostenibles en la tecnología. Es esencial que los usuarios y empresas tomen medidas proactivas para minimizar el impacto ambiental y económico. Al explorar alternativas sostenibles y actualizar a tecnologías más recientes, podemos reducir la generación de residuos electrónicos y promover un futuro digital más responsable.