Standard & Poor´s revisó de estable a negativa la perspectiva sobre la calificación de Pemex, de CFE, pero también de las empresas América Móvil, Coca-Cola Femsa, Liverpool, siete aseguradoras mexicanas y tomó diversas acciones sobre 77 instituciones financieras y fideicomisos de infraestructura.
Todo esto, luego de que el viernes ajustó de estable a negativa la perspectiva sobre la calificación soberana de México.
Sobre Pemex, S&P revisó la perspectiva crediticia de la petrolera de estable a negativa "debido al continuo deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la empresa que ha comprometido la recuperación de sus principales líneas de negocio”, aseveró la firma en un comunicado emitido la mañana de este lunes.
“Consideramos que el plan financiero para restaurar los fundamentos crediticios de la petrolera es insuficiente respecto de las necesidades multianuales de inversión de capital”, dejó claro S&P.
Según la calificadora, estas medidas no hacen más que reforzar la probabilidad de un respaldo extraordinario por parte del gobierno a la empresa si llega a afrontar dificultades financieras.
Pero la acción de S&P del pasado viernes, cuando bajó la perspectiva de la calificación soberana de México de estable a negativa debido a las decisiones de política económica, principalmente en materia energética, del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, tuvo ayer implicaciones adicionales en empresas del sector privado.
La evaluadora cambió a negativa la perspectiva de las calificaciones asignadas a América Móvil, Coca-Cola Femsa y El Puerto de Liverpool.
"El diferencial de un nivel por encima de la calificación soberana en moneda extranjera de México refleja nuestra opinión de que las empresas de telecomunicaciones y de bebidas son moderadamente sensibles al riesgo país. También obedece a sus factores crediticios intrínsecos, y a su margen de liquidez ante un escenario de estrés de México", detalló.
En el caso de Liverpool, consideró que la empresa no resistiría un escenario hipotético de una prueba de estrés de México, país en donde genera la mayor parte de sus ingresos "por lo que su dinámica de negocios es altamente sensible a una crisis económica. Dado lo anterior, limitamos la calidad crediticia de la empresa a la del soberano".
En cambio, S&P confirmó las calificaciones de Grupo México y Femsa al considerar que las compañías lograrán generar flujos de efectivo sólidos, incluso ante una desaceleración económica. Sobre Grupo Televisa indicó que en un escenario de estrés del soberano (México) "la empresa todavía podrá generar suficiente flujo de efectivo para servir sus obligaciones de deuda", de igual forma, Kimberly Clark de México tiene una sensibilidad moderada al riesgo país. En estos casos S&P confirmó la perspectiva y las calificaciones.
En otro comunicado, la agencia revisó de estable a negativa la tendencia de riesgo para la industria bancaria "debido a las expectativas económicas más débiles derivadas de la disminución continua de la confianza de los inversionistas y de la incertidumbre sobre la política de energía del gobierno, y su capacidad para lidiar con pasivos contingentes crecientes (principalmente de Pemex). Por ello tomó varias acciones de calificación sobre 77 instituciones financieras mexicanas.
Más tarde, S&P revisó a negativa la perspectiva de siete aseguradoras mexicanas: AIG, Allianz México, Axa, Grupo Nacional Provincial, Sompo Seguros, Afirme y Kot Insurance.
La calificadora cambió a negativa la perspectiva de la Red Carretera de Occidente y Concesionaria Mexicana; mantuvo en revisión especial el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México, ante las dudas que genera la cancelación del proyecto en Texcoco. Todo, a consecuencia del deterioro en la expectativa sobre la capacidad de México para cumplir con sus compromisos de crédito.
