Una de las zonas más conocidas del estado de Baja California es la temible Rumorosa, una carretera que conecta la capital, Mexicali, con los demás municipios. A lo largo de los años, antes de sus modificaciones, se han registrado un sin fin de accidentes, teniendo en promedio 170 por año, los cuales han cobrado la vida de varias personas.
Entre las almas de aquellos que murieron, algunas quedaron atrapadas, como la del camionero que sigue buscando una manera de salir, de aquella ruta sin fin.
LEYENDA
Se cuenta que un trailero viajaba por las peligrosas curvas de La Rumorosa a toda velocidad hacia Mexicali, ¿el motivo? Su esposa estaba a punto de dar a luz y necesitaba llevar dinero para el parto. Pero en un instante aquel momento de euforia por conocer a su bebé… se terminó, el camión se había estrellado contra unas rocas.
Desorientado, el chofer bajó del vehículo, notando que no se había lastimado, ni un rasguño ni un brazo roto, como si el accidente no hubiera pasado. Decidido llegar con su esposa y su recién nacido, se dispuso a esperar algún auto, camión o cualquier cosa que pudiera llevarlo a la ciudad.
Decidido, comenzó a caminar, continuó el viaje, sin sentir dolor en los pies o alguna clase de cansancio, caminó y caminó sin darse cuenta que había llegado nuevamente al lugar del accidente.
Por la mañana encontraron el camión, pero no había rastro del conductor. Los años pasaron y un joven trailero se detuvo al ver a un hombre que le hacía señales.
ーBuen día, me llamo Francisco y necesito que le haga llegar este dinero a mi mujer, es urgente, mi trailer se descompuso y no puedo llegar a tiempo… es para nuestro bebé
ーCon gusto lo llevo, no se preocupe
El joven continuó con su viaje. Al llegar a Mexicali fue a la dirección que le había dado el hombre. En la puerta una mujer se asomó.
ー¿Qué se le ofrece?
ーSu esposo… Francisco, me dio este dinero, dice que lo necesita para su hijo
La esposa lo miró extrañado.
ーEso no puede ser… mi esposo murió hace cinco años
El trailero palideció, se retiró sin decir nada más. Se cuenta que cuando se pasa por el sitio se sigue encontrando con aquel trailero que perdió la vida, quien con un movimiento de cabeza saluda, agradecido por el favor.