Al comprar un vehículo, es necesario hacer numerosas consideraciones que pueden afectar, además del modelo, el tipo de sistema de propulsión, los accesorios, los paquetes opcionales y, por supuesto, el color.
Para este último punto hay numerosos aspectos a evaluar que no se pueden resumir simplemente al impacto estético o al precio, sino también a la usabilidad en el día a día. Seguro que algunos de nuestros lectores estarán más inclinados a comprar un coche blanco que uno negro… Pero ¿por qué? ¿Qué hay detrás de esta elección más allá del gusto personal?
EL COLOR ADECUADO PARA EVITAR EL CALOR
El blanco es el mejor color a elegir si nos encontramos viviendo en climas cálidos, tórridos y muchas veces soleados. La razón es simple: el blanco refleja los rayos del sol y no absorbe el calor como lo hacen el negro y otros colores oscuros. Una información banal que todos conocen.
Sin embargo, pocos saben que esta característica ayuda a mantener una temperatura interior contenida y por lo tanto limita el uso desenfrenado del aire acondicionado que en el eléctrico podría agravar el consumo de batería.
Desde luego, no es casualidad que los grandes vehículos sean blancos, si las camionetas casi siempre son solo plateadas o blancas, y si los vehículos que podemos encontrar en las avenidas en las ciudades más pobladas de Oriente Medio y África siempre tienen tonalidades claras.
EL CALOR SE BASA EN LA FÍSICA
Afortunadamente, comprender la ciencia real detrás de la luz, el calor y los colores de los automóviles, es bastante sencillo.
Básicamente, cualquier color refleja solo una parte del espectro de la luz (por ejemplo, un coche verde refleja toda la luz excepto el tono verde), pero hay excepciones que podrían marcar una diferencia significativa. Los casos más habituales son el blanco y negro y, en menor medida, el plateado.
Para mantener la discusión lo más lineal posible, no pretendemos detenernos en detalles técnicos particulares, sin embargo, sabemos que el negro no es un color real, pero por simplicidad preferimos definirlo como tal:
El negro absorbe todas las partes visibles del espectro de luz, con el resultado de que la energía de la luz se transforma en calor; el blanco y el plateado, por otro lado, reflejan la mayor parte de la luz y, por lo tanto, absorben la luz solo en pequeñas cantidades.
LA IMPORTANCIA DE LOS MATERIALES
Para agravar la situación, entran en juego los materiales utilizados: los coches casi siempre están hechos de metal, que es un elemento extremadamente conductor en términos de calor. No es casualidad que los cables eléctricos están fabricados en metal y soldados entre sí elementos de la misma familia; el metal distribuye el calor y la energía de manera extremadamente eficiente.
La diversidad en términos de números y la igualdad de condiciones entre el blanco y el negro podría dejarte muy sorprendido. Mientras que un vehículo blanco, aparcado en un día de calor en Mexicali, puede alcanzar una temperatura en el capó de 40 grados, el mismo coche de color negro superará fácilmente los 60 grados centígrados.
CUÁNTO MÁS CLARO, MEJOR
Aunque el color más vendido es el blanco (casi en todos los países del mundo, también porque permite rebajar el precio de compra), hay una serie de colores (incluso muy llamativos) que no son raros de ver. Desde el Kyalami Green de Audi, hasta el Performance Blue pastel de Hyundai, sin olvidarnos del Soul Crystal Red de Mazda.
En resumen, no es difícil ser capturado por colores particularmente brillantes en automóviles que no son necesariamente exclusivos.
¿QUÉ PASA CON EL CALOR EN ESTOS CASOS?
En general, cuanto más claro sea el color exterior, más frío estará el vehículo. En consecuencia, un color oscuro cercano al negro tenderá a mantener el coche caliente. Si eres un amante del azul, debes saber que un azul marino tenderá a ser más frío que un «azul de medianoche».
¿EL COLOR BLANCO DEVALÚA EL COCHE?
Si bien durante muchos años el blanco ha sido un color básico muy económico, solo piense en las muchas camionetas blancas que trabajan a diario repartiendo todo tipo de producto, ahora con la introducción de nuevas soluciones tecnológicas, es posible que ya no sea el caso. No es raro encontrar blancos nacarados que pueden costar más que cualquier otra opción de pintura para ese vehículo específico.
Hoy en día, con la gran innovación que las marcas de coches han introducido en cuanto a diseño en sus modelos más populares, seguro que aspectos más concretos afectan al precio de reventa (como el tipo de motor, el año de fabricación o el tipo de modelo en concreto).
Ciertamente, un color neutro como el blanco mejora e incluso aumenta las posibilidades de mantener el precio, frente a colores muy agresivos o personalizados que atraerán a un número menor de posibles compradores.
¿CÓMO AFECTA EL COLOR DEL INTERIOR?
La respuesta es rápida y sencilla: al igual que en exteriores, si vives en lugares extremadamente calurosos es recomendable evitar los revestimientos oscuros.
Al analizar el problema con más detalle, podemos anticipar que no todos los materiales dentro de un automóvil conducen el calor tan eficientemente como lo hace el metal. Si bien el color juega un papel importante, los materiales utilizados también pueden marcar la diferencia.
El ejemplo más práctico y habitual lo dan los asientos.
La piel (o ecopiel, piel reconstituida o piel parcialmente sintética) adoptada para los asientos del conductor es un material extremadamente denso, por lo que no sorprende ahora comprender por qué, en un caluroso día de junio-agosto, es prácticamente imposible sentarse en el automóvil sin enfriarlo adecuadamente.
Una buena solución, si realmente no puedes prescindir de los asientos oscuros, es conseguir una tapicería mixta que refresque el asiento.
Si, por el contrario, tienes la suerte y la oportunidad de adquirir un coche premium, siempre recomendamos insertar el extra relativo a la calefacción/refrigeración de los asientos: estas son dos funciones simples que realmente podrían cambiar tu día en invierno y verano.
Otro remedio es utilizar parasoles u oscurecer las ventanillas, pero en este último sentido, recordemos siempre que los reglamentos de tránsito varían en ello en cada ciudad de Baja California.