En México la pobreza es mucho más que no tener suficiente dinero y conlleva a muchos costos emocionales, por ejemplo es no poder participar de actividades recreativas, no poder enviar a nuestros hijos al cumpleaños de su amigo o a la excursión de la escuela.
Contribuye al estrés de no tener la ropa adecuada para ir a una entrevista o para asistir a un día casual-sin uniforme a la escuela; a la angustia de no tener acceso a una buena educación o no poder pagar las medicinas o ir al médico cuando enfermamos.
Esta condición puede causar estrés por la inseguridad con los alimentos, la vivienda, la educación, acceso a servicios médicos, los ingresos y más. Crecer en estas condiciones expone a los niños a mayores niveles de estrés. Los adultos que crecieron pobres por lo general tienen niveles más altos de estrés crónico
La Organización Mundial de la Salud explica en su plan de acción en salud mental que la pobreza es una condición que aumenta la vulnerabilidad de sufrir un trastorno mental y amplía las consecuencias asociadas a los mismos, como es el caso del estigma, la exclusión y la vulneración de derechos básicos.
El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que puede ser causado por cualquier situación o pensamiento que nos haga sentir frustrados, furiosos o nerviosos. Sin duda, las demandas del diario vivir generan estrés para todos, pero las familias de bajos ingresos tienen mucho más. Ellos viven en constante estrés porque están enfocados en la sobrevivencia del día a día.
SALUD
La pobreza y la mala salud son fenómenos interrelacionados. La pobreza es tanto una causa como una consecuencia de la mala salud. Por un lado, la pobreza aumenta las posibilidades de mala salud. La mala salud, a su vez, atrapa a las comunidades en la pobreza.
En los hogares más pobres, los alimentos absorben una parte importante de sus gastos, por lo que el aumento en los precios se convierte en una amenaza a la seguridad alimentaria. Muchas veces sólo alcanza para lo necesario, pero estos alimentos no siempre son más nutritivos para el crecimiento y desarrollo saludable.
El estrés causado por la pobreza puede provocar respuestas fisiológicas, tales como la presión arterial alta y niveles altos de cortisol, la hormona del estrés. Los niveles altos de cortisol se asocia con niveles elevados de azúcar en la sangre, presión arterial alta, dolor de espalda, adelgazamiento de los huesos, obesidad, insomnio, ansiedad y fatiga.
Las familias que viven en la pobreza experimentan varias barreras para recibir tratamiento y acceder a servicios de salud. También es posible que las personas pobres y vulnerables tengan que tomar decisiones difíciles, poniendo en riesgo su salud a sabiendas porque no pueden ver a sus hijos pasar hambre, por ejemplo.
¿QUÉ TAN POBRE SOY?
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza extrema es cuando una persona tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Pobreza moderada: Es aquella persona que siendo pobre, no es pobre extrema. La incidencia de pobreza moderada se obtiene al calcular la diferencia entre la incidencia de la población en pobreza menos la de la población en pobreza extrema.
Pobreza multidimensional: Es la misma definición de pobreza descrita en este mismo glosario, la cual se deriva de la medición de la pobreza en México que define la Ley General de Desarrollo Social. La palabra multidimensional se refiere a que la metodología de medición de pobreza utiliza varias dimensiones o factores económicos y sociales en su concepción y definición.
Con información de la Coneval, OMS y esMental.com