La implantación de chip se suele practicar en mascotas, con la finalidad de su identificación, y este joven, de Estados Unidos, decidió seguir ese camino para abrir y arrancar con mayor facilidad su vehículo Tesla Model 3.
Brandon es residente de Michigan, tiene 39 años y decidió grabar y compartir el procedimiento en sus redes sociales. En el registro se ve como un perforador le hace un tajo en el dorso de la mano derecha, y le implanta un microchip subdérmico.
Se entiende que el artefacto está cubierto con una sustancia biocompatible, que evita daños al estar en contacto permanente con la piel. Para ello, se usó una jeringa que terminó de colocar el chip bajo la piel de su mano, y que no se aprecia a simple vista.
La intervención es menor y rápida, y fue realizada por VivoKey, una compañía de biotecnología para aplicaciones de identidad digital, criptografía y blockchain. Dalaly se ha convertido en una de las 100 personas que está probando una nueva generación de chips de la compañía; que asegura que su producto es biocompatible.
Algunos han encontrado su decisión como radical. Los vehículos de Tesla ofrecen mayor facilidad para abrir sus vehículos ya que cuenta con una sencilla tarjeta que incluso se puede asociar con el Smartphone.
¿Cómo funciona el chip?
Usando la comunicación de campo cercano o NFC (Near Field Communication), una tecnología de comunicación inalámbrica de corto alcance y alta frecuencia que permite el intercambio de datos entre dispositivos. Es esta la que hace posible el Apple Pay y, en este caso, abrir el Tesla acercando la muñeca.
Después de la instalación del chip, Dalaly ahora solo tiene que pasar el brazo sobre el costado del vehículo para abrir la puerta.
Pero la decisión de este usuario de Tesla podría generar que más personas sigan su camino. Y es que él forma parte de un pequeño grupo experimental de 100 personas que probarán los chips de la empresa Vivokey, que asegura que su producto es biocompatible.
En teoría no debería afectar el movimiento de las manos, ya que se queda en el interior de una cápsula. Incluso estos chips son actualizables.
¿Y el otro chip?
Dalaly asegura que el primer chip es la llave para su casa. También le sirve para alojar su portafolio, tarjeta de contacto, información médica y tarjeta de vacunación para la COVID-19. El chip puede ser escaneado por “cualquier celular” para acceder a un portal donde se puede ver la información.
“La compañía que ha desarrollado esto tiene su propia app store donde puedes instalar apps de manera inalámbrica en tu cuerpo con estos chips. Una de ellas justo era una llave para los Tesla. Así que fue la primera app que instalé porque tengo un Tesla. (…) Ahora solo necesitas utilizar tu mano”, explicó.
El chip que le permite abrir su Tesla le costó 300 dólares y pagó 100 dólares por la implantación en un proceso que consideró similar al de un piercing subdérmico.
¿Qué tan seguro es llevar chips en el cuerpo?
Brandon indicó que sus chips están cubiertos de sustancias biocompatibles, siendo encapsulados en los tejidos del cuerpo luego de ser implantados. Al entusiasta de la tecnología le emociona tener en la mano izquierda la llave de su casa y la llave de su Tesla en la mano derecha. Además, pronto podría enlazar su tarjeta de crédito a los chips.
La seguridad de sus tarjetas no parece una gran preocupación. Según indica, un lector debería estar a milímetros para escanear el chip y realizar algún pago no autorizado.
Dalaly reflexiona sobre las teorías de conspiración que aseguran que vacunas como la de la COVID-19 contenían chips para rastrear a las personas a pedido de Bill Gates.
“Es gracioso porque estos chips no pueden rastrear nada. Necesitarías una fuente de poder externa para ser rastreado donde sea. Además, sus teléfonos los rastrean donde sea que van de todas formas. Si revisas tu historia de localización de Google, te muestra paso a paso dónde has estado”.
Lo que está claro es que, aunque pueda ser uno de los primeros en presumir sus chips subdérmicos a través de las redes, Dalaly no está solo en esta manía por rastrear y controlar la mayor parte de la ecuación de la vida cotidiana; y eliminar -de ser posible- las responsabilidades esencialmente humanas, como puede ser la de no perder las llaves del auto, o la tarjeta de crédito.
El mismo Elon Musk fundó en 2016 Neuralink, una empresa neurotecnológica especializada en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora, implantables, también conocidos como Brain-Machine Interfaces, o BMI.
Según declaraciones de Musk, la tecnología desarrollada en la compañía busca, a la larga, lograr una simbiosis total con la inteligencia artificial; y actualmente está en una fase de experimentación en animales vivos, junto con la Universidad de California.