El peor error para calificar a Scorn es verlo como un shooter de acción, por más que soñemos con un juego de ese tipo que se vea como este, ya que en realidad se trata de una aventura llena de puzles en primera persona con una ambientación brutal que más allá de ser horror, es una experiencia que te mantiene con los pelos de punta por sus desagradables visuales y desconcertantes sonidos.
En Scorn controlas a un par de personajes que despiertan en una extraña locación de apariencia biomecánica en el que las estructuras carnosas y húmedas se intercalan con las bóvedas y la arquitectura del lugar. Sin saber qué hacer deberás buscar la forma de escapar o encontrar sentido a la situación.
Tal vez el acierto más grande del gameplay es que a pesar de los nulos diálogos, la poca información en pantalla y la falta de puntos de dirección en todo momento, es fácil intuir hacia donde ir y qué hacer, en una travesía llena de acertijos que varían en su dificultad pero que al resolverse te dejan una gran sensación de satisfacción.
Además por si faltara mencionarlo, el estilo de arte inspirado por el trabajo de H.R. Giger es increíble y la calidad gráfica y de animaciones le hace justicia, haciendo de este un combo perfecto para los fans de este tipo de ciencia ficción y algo que es básicamente inexistente en el mercado de los videojuegos, siendo una de las razones primordiales para probar este título.
Por otro lado, el combate es el punto más débil del juego, con armas poco funcionales y movimiento limitado que permite que los enemigos te eliminen fácilmente, sin embargo, visto desde la perspectiva de que el juego quiere hacerte sentir atrapado y obligarte a evitar el enfrentamiento, podría ser un plus.
Scorn es una joya que debe ser consumida por los amantes de los puzzles y las ambientaciones lúgubres, lleno de momentos que te revolverán el estómago pero que al mismo tiempo te tendrán con los ojos pegados a la pantalla para descubrir qué es lo que sucederá a continuación.