El oído es uno de los cinco sentidos con los que cuentan los seres humanos, siendo este uno de los sentidos que siempre está en funcionamiento, permitiendo que escuchemos música, la voz de un ser querido y los sonidos de nuestro alrededor.
Al sentir picazón en los oídos, algunas personas automáticamente suelen tocarse la zona con el dedo o con algo que tengan a la mano, lo cual resulta poco higiénico y peligroso. Mientras que otros prefieren utilizar cotonetes, con la creencia de que estos podrán limpiar sus oídos, sin embargo, aquí te decimos la verdad sobre estos famosos utensilios.
La verdad de los cotonetes
Los oídos poseen cerumen, una sustancia producida para proteger el conducto auditivo. Al utilizar cotonetes para “limpiar” la zona, ocasiona que esta cera se penetre aún más e incluso llegue a crear un tapón en el oído.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), informa que no se deben introducir estos bastoncillos de algodón en el canal auditivo, ya que además podrían quedar restos de algodón que ocasionen una infección y, de ser grave, puede ocasionar daño permanente en el tímpano.
Cómo limpiar tus oídos
La parte interna del oído se limpia por sí sola, lográndolo gracias al movimiento diario de la mandíbula y de bañarse cotidianamente.
La parte externa si debe limpiarse, esto con ayuda de un paño suave o algodón, sin introducirlo en el canal auditivo.
No es necesario introducir otros objetos o líquidos en tu oído, a menos que lo recete un profesional de la salud.
Importancia del cerumen
Esta es una cera producida en el interior de los oídos y tiene la función de mantenerlos lubricados, limpios y protegidos de la suciedad, el cabello o demás agentes externos.
Normalmente no es necesario retirar el cerumen del oído, a menos que esté dañando la audición. Para poder retirarlo es indispensable acudir con una persona capacitada para su retiro.
No lo olvides
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), recomienda acudir al médico ante ardor, comezón o dolor en los oídos, de manera que no se minimicen los riesgos de una infección, pues podría ocasionar pérdida de audición.