En el Día Mundial de la Vista, te recordamos que los ojos son unos de los órganos más sensibles del ser humano, expuestos a distintos factores que pueden repercutir en su funcionamiento. Por ello, te explicaremos cómo protegerlos.
La mayoría de los problemas visuales pueden evitarse o detectarse antes de que continúen desarrollándose.
Mantener una alimentación sana
Nutrientes como los ácidos grasos omega 3, la luteína, el zinc y las vitaminas C y E ayudan a prevenir problemas de visión relacionados con la edad, como la degeneración macular y la catarata senil. A tu dieta puedes incluir:
- Espinacas, lechuga, col rizada.
- Salmón, atún y otros pescados grasos.
- Huevos, nueces, frijoles y otras fuentes de proteínas no cárnicas.
- Naranjas, mandarinas, toronjas y otros cítricos, que también pueden ser consumidos en forma de jugos.
- Ostras y cerdo.
Además, cuidar de tu alimentación y mantener un peso saludable reduce la posibilidad de obesidad y enfermedades relacionadas, como la diabetes tipo 2, que es la principal causa de ceguera en los adultos.
Cuidar la higiene
Al lavar tu cara, debes limpiar la zona alrededor de los ojos; no debes tocarlos ni frotarlos con las manos, ya que podrías exponerlos a infecciones. En caso de usar lentes de contacto, debes lavarte las manos con agua y jabón antes de colocarlos o retirarlos. Haz lo mismo si sientes que algo se te ha metido en el ojo.
Conocer tu historial familiar de salud visual
Es de suma importancia conocer si algún familiar tuyo ha sido diagnosticado con alguna enfermedad o condición hereditaria; de esta forma, puedes tomar medidas de prevención.
Utilizar la iluminación y distancia adecuada
La luz directa en los ojos, así como los reflejos y sombras durante largos períodos de tiempo, pueden afectar la visión a largo plazo. Los especialistas recomiendan trabajar en espacios con grandes ventanas que permitan la entrada de luz natural y con una fuente de luz adicional enfocando el objeto de trabajo. Se sugiere mantener una distancia de entre 50 y 70 cm del objeto que permanecerá frente a tus ojos durante un largo periodo.
Usar lentes de sol
Las gafas de sol te ayudarán a proteger tus ojos de los rayos ultravioleta (UV). La excesiva exposición a los rayos UV aumenta las probabilidades de cataratas y degeneración macular.
Elige un par que bloquee entre el 99% y el 100% de los rayos UVA y UVB. Por ejemplo, los lentes envolventes ayudan a proteger los ojos considerando los ángulos laterales, y los lentes polarizados reducen el deslumbramiento al conducir.
Lentes de protección
Si manipulas sustancias peligrosas en el trabajo o en casa, debes usar gafas de seguridad o protectoras, especialmente si usas químicos fuertes, como hidróxido de amonio, potasio, lejía, magnesio y cal, que se encuentran en artículos comunes como fertilizantes, amoniaco, limpiadores de drenaje y de horno, y en el cemento.
Otros compuestos que requieren mayor precaución incluyen los ácidos sulfúrico, clorhídrico, nítrico, acético, crómico y fluorhídrico, presentes en objetos cotidianos como el vidrio, el vinagre, el quitaesmalte, las baterías de automóviles y productos de limpieza.
Los deportes de contacto, como el boxeo, la esgrima, el karate, el judo y el taekwondo, pueden causar traumatismos en los ojos, especialmente en los niños. Por esta razón, se recomienda usar protección ocular al realizar este tipo de actividades.
Evitar fumar
Fumar te hace propenso a sufrir cataratas, daño al nervio óptico y degeneración macular, entre otros problemas médicos.
Disminuir el uso de las pantallas
Mirar fijamente la pantalla de la computadora o del teléfono durante un tiempo prolongado puede causar:
- Sensación de cansancio en la vista.
- Visión borrosa.
- Dificultad para enfocar a distancia.
- Ojos secos.
- Dolores de cabeza.
- Dolor de cuello, espalda y hombros.
Dormir bien
Dormir adecuadamente permite que los ojos se recuperen del desgaste diario.
Visitar al oftalmólogo con regularidad
Todos necesitamos exámenes de la vista, incluidos los niños, así que lo recomendable es acudir con un oftalmólogo al menos una vez al año.
Principales condiciones
Astigmatismo
Es un defecto en la curvatura de la córnea (la estructura en forma de cúpula transparente que cubre el iris y la pupila del ojo) o en la forma del cristalino del ojo. En un ojo astigmático, las imágenes se enfocan o muy de cerca o muy detrás de la retina, lo que produce que las imágenes aparezcan borrosas. Puede aparecer de forma aislada, simple o estar asociado a miopía o hipermetropía.
Miopía
Es un problema ocular que afecta la refracción de la luz, provocando que las imágenes se perciban borrosas. Suele presentar sus primeros síntomas en la infancia y puede tener diferentes orígenes: una gran curvatura de la córnea, una gran potencia del cristalino o un globo ocular de longitud anormal.
Síntomas:
- Fatiga visual
- Dificultad para percibir objetos lejanos
- Necesidad de entrecerrar los ojos para ver bien
- Dolores de cabeza punzantes
Hipermetropía
Es un problema visual refractivo producido por un defecto del cristalino que origina un error de enfoque. Un cristalino normal forma las imágenes sobre la retina, mientras que en los hipermétropes se forman detrás de esta, lo que provoca borrosidad en las figuras cercanas. Este tipo de variación suele ser común en los primeros años de vida por falta de desarrollo ocular. Si la hipermetropía persiste en la adolescencia, es probable que se mantenga, provocando cansancio ocular, visión borrosa, dolores de cabeza e incomodidad al fijar la vista en objetos cercanos y, en algunos casos, lejanos.
Para evitar que una hipermetropía alta en un niño desemboque en estrabismo o ambliopía (ojo vago), es necesario realizar revisiones periódicas en niños de entre 3 y 7 años.
Síntomas:
- Fatiga ocular
- Dolor de cabeza (en la parte frontal)
- Estrabismo
- Enrojecimiento ocular
- Visión borrosa
- Problemas escolares
- Separación excesiva al leer
Con información de: Clínica de Ojos D’ Opeluce S.A.C. / Clínica González Costea