Originalmente anunciado en 2017, Skull and Bones surgió como un spin off de Assassin’s Creed Black Flag pero armado desde cero como un juego-como-servicio y centrando su gameplay en batallas de barcos, así como su construcción y tu desarrollo como el capitán del barco pirata más temible de los mares. Muchos retrasos y siete años después, al fin le hemos podido poner las manos encima a la nueva propiedad de Ubisoft que ya está disponible en PlayStation 5, Series X|S y PC.
Skull and Bones comienza por situarte en medio de una batalla épica en el Océano índico del siglo XVII. Después de que aprendas todos los básicos sobre cómo controlar y atacar tu navío, la derrota está asegurada ante una potente flota de barcos y tu tripulación y tú despertarán varados en la orilla de una isla para tener que comenzar a reconstruir tu barco y recobrar el respeto de tus compañeros.
Aquí es donde te aventurarás a tus primeras expediciones que son una gran muestra de todo lo que tendrás que hacer a lo largo del juego. Las misiones irán desde conseguir recursos básicos para tu progreso, hasta atacar las flotas de barcos pirata que estén haciendo de las suyas en tus zonas. Y la mayoría del resto del contenido sigue la misma fórmula.
El ciclo de gameplay se vuelve similar muy pronto: llegar a una isla, aceptar una misión, ir a la locación para cumplirla y regresar por tus ganancias. Estas actividades al igual que explorar nuevos mares o saquear barcos mercantes, ayudarán a subir tu nivel de infamia y subir entre los rangos de los piratas. De acuerdo a tu nivel podrás desbloquear planos para nuevas naves, equipo y elementos cosméticos para que tu barco sea diferente al de todos los demás.
La personalización de los navíos es tal vez de las cosas más interesantes del juego y tal vez la más importante, ya que lo poderoso e imponente de tu barco es la representación visual de tu progreso en general.
Hay tres tipos de barcos: Tanque, Apoyo y Daño, cada uno con sus pros y contras. Por ejemplo, el barco tanque tiene un mal manejo pero tiene más defensa que los otros dos. Si sólo te concentras en un barco para completar la historia principal, podrás desbloquear la profunda elección del armamento y otras configuraciones del navío como la cantidad de velas, tipo de casco o tamaño, todas con una repercusión específica en las posibilidades de juego.
Agregar armamento en la embarcación es una de las mayores motivaciones para continuar el juego, ya que mientras progresas irás desbloqueando una gran cantidad de diferentes estilos de equipación. Desde los famosos cañones, hasta los morteros, también bombarderos e incluso la posibilidad de curar a los barcos amigos. Todo esto entrega un simulador de combate naval sólido y lleno de posibilidades, pero sin mucha más carne para roer alrededor del hueso.
Gráficamente no está nada mal y realmente es disfrutable enfrentarse a grupos de embarcaciones cuando el mar está picado en medio de una tormenta mientras tratas de invadir a tus rivales para saquear sus tesoros. Todo acompañado por un gran diseño de audio que mezcla el sonido del mar, el rugir de los cañones, las brutales explosiones y los melódicos cantos piratas de tu tripulación.
Pero esta experiencia se vuelve mucho más agradable, menos aburrida y con un progreso más rápido cuando lo juegas con amigos. Navegar en compañía de hasta 3 personas al mismo tiempo lo hace divertidísimo, sobre todo cuando tienes que completar los eventos en los que habrá que derrotar a algún pirata legendario, monstruo marino o a otros jugadores del server y ayuda bastante que el juego cuente con juego cruzado.
Ubisoft irá agregando cada temporada nuevos enemigos y nuevos retos a los que tendrás que enfrentarte y eso siempre te motivará a tener un barco más fuerte.
Al final Skull and Bones será de tu agrado si tienes una inclinación por disfrutar de todo lo que está relacionado con el mundo pirata y si tienes a un grupo de amigos para lograrlo, la diversión está garantizada. Esperamos que Ubi continúe trabajando en mejorar las misiones de recolección y los combates, para que no todo dependa de quién tiene las armas más fuertes, si no también de quién tiene la mejor estrategia.