Puede parecer extraño o no, pero han pasado ya más de 11 años desde que se lanzó el último Diablo y la distancia temporal entre el 2 y el 3 es por poco la misma que ahora existe entre l, 3 y el 4.
Recordemos que en 2012 el mundo básicamente se detuvo para rendir pleitesía al regreso de la franquicia que definió los RPGs de acción y ahora la situación podría ser similar, a pesar de que muchas cosas han cambiado en el gaming desde entonces, con la industria abrazando de lleno muchas de las mecánicas de las que Diablo fue pionero, como los looters volviéndose un género muy importante y el dominio de los juegos como servicio.
Con todo y eso, la franquicia de Blizzard ha decidido no quedarse atrás y seguir dando cátedra en lo que sabe hacer tan bien, mientras aprovecha todo el aprendizaje de una década para innovar de diferentes formas.
Gran parte del alma de Diablo vive específicamente en su gameplay. La franquicia ha sido conocida desde su concepción por ese ciclo adictivo de exploración, combate y recompensa. Y esta cuarta entrega sencillamente ha mejorado exponencialmente esos tres pilares.
Comencemos por la exploración, que es la gran revolución de este título, sosteniéndose principalmente por su nueva y flamante adición: el mundo abierto.
Diablo IV agrega por primera vez un mapa expansivo con cinco grandes áreas interconectadas que puedes explorar a placer, ya sea para buscar tu siguiente reto o para completar la campaña o misiones secundarias.
En vez de ser un grupo de escenarios o una lista de misiones por hacer, el Santuario ahora se siente como una locación verdadera, llena de caminos, pueblos, personajes y también lugares peligrosos en la naturaleza para descubrir y dominar.
Básicamente desde el comienzo podrás ir hacia cualquier lugar, en cualquier momento, ya sea a pie o a caballo, para identificar áreas interesantes, encontrar establecimientos o explorar los más de 120 dungeons que están esparcidos por el mapa.
Pero no sólo son los dungeons las únicas actividades disponibles, también hay un montón de sótanos con secretos guardados en su interior, bases enemigas y eventos especiales que suceden de forma aleatoria en la superficie. Nunca te quedas sin algo que hacer o una horda que combatir.
Y por supuesto que cada una de esas expediciones resultará en encontrar equipamiento o tal vez enfrentar a un gran jefe y tener la satisfacción de derrotarlo.
Blizzard ha puesto especial atención en que tu curiosidad sea recompensada, en todos los aspectos, por ejemplo, a pesar de que los dungeons son generados proceduralmente, revisar cada una de las esquinas del calabozo en turno podría resultar en encontrar algo increíble.
Además todo en Diablo IV se ve hermoso, las nuevas gráficas son tremendas y el diseño de arte de la franquicia sigue siendo uno de los mejores en el negocio. Querer ver más tipos de enemigos, más áreas y descubrir nuevos ambientes es una de las razones primarias por las que querrás avanzar y avanzar.
También los que necesitan ese sentido de dirección encontrarán decenas de misiones secundarias para perseguir y la tradicional campaña, que nos llevará a las partes más importantes del Santuario y nos enfrentará a la renacida Lilith, que con su oscura presencia ha provocado que los susceptibles de mente sucumban ante sus propios deseos más terribles.
Con cinemáticas espectaculares, la trama explora temáticas sombrías sobre la naturaleza humana de forma magistral, y como historia es probablemente la mejor de la saga, pero creo que todos sabemos que la campaña es simplemente el comienzo de lo que se puede lograr en un juego como este.
Ahora, en lo que combate se refiere, Blizzard ha decidido lanzar el juego con las cinco clases que les han parecido más representativas de la serie.
Con el Bárbaro listo para asestar golpes devastadores o dominar situaciones con sus ataques de área, el Druida que cambia de forma para utilizar los poderes bestiales de animales salvajes o ayudarse con la furia de la naturaleza, como el viento o las tormentas.
También la Renegada que es la más ágil y rápida de todos y se especializa en los ataques con arco y los efectos que puede agregar a sus flechas, la Hechicera y su brutal magia que se puede especializar para cada situación.
Y la clase favorita de muchos, el Nigromante que puede atraer un mini ejercito de ayuda desde ultratumba y se puede hacer más poderoso al utilizar la esencia de la destrucción y muerte misma. Convertir los cadáveres caídos en minas tóxicas para atropellar por completo a los rivales es uno de esos placeres que sólo Diablo puede dar.
Cada una de las clases se puede personalizar al gusto tanto en apariencia como en cuanto a sus habilidades y ahora es más fácil que nunca encontrar ese build perfecto que se adaptará a tu estilo de juego o a un enfrentamiento en específico, pues por un módico precio puedes fácilmente re-distribuir tus puntos de experiencia en cualquier momento para probar nuevas cosas.
Y si la sensación de poder a solas no es suficiente, también puedes jugar en una escuadra cooperativa para mezclar los poderes de diferentes clases y hacerlos brillar más que nunca.
De hecho cuenta con crossplay en todas las plataformas y progresión cruzada para poder llevar a tus personajes y avance a dónde sea que quieras jugar y las versiones de consola cuentan con cooperativo local para dos jugadores.
Diablo IV ha retomado mucha de la calidad de vida con la que terminó su predecesor y muchos de los menús, tanto los propios como los de los servicios te resultarán familiares, el dash ha llegado para quedarse (y mejorarse) y los controles con mando de consola se sienten ya naturales e intercambiables con la experiencia de teclado y mouse.
Y sobre las recompensas, vaya que las hay, cada actividad te puede premiar con ese suculento drop. Ya sea que lo obtengas al completar un dungeon por primera vez en cada nivel o al eliminar a una amenaza pública aleatoria.
También una barra de progreso en cada pueblo que encuentras y que mientras más actividades realices en esa área o más ayudes a sus habitantes con las misiones secundarias, te entregará un poco de loot en cada nivel de esa progresión y una recompensa final.
El clásico loot de armas, armaduras, anillos y amuletos, va desde las simples hasta las legendarias, con diferentes roles de cualidades para alentarte a buscar la más rota de todas. Además de un simple sistema de transfiguración disponible desde el principio y sin costo, para poder pasar tu apariencia favorita a esa arma que tiene todo el poder que necesitas.
También regresa la posibilidad de mejorar tus armas con el herrero o agregar joyas y embrujos a tu equipo para mejorarlo de diferentes formas, lo que termina en una suite de posibilidades inmensa para permitirte crear al héroe más poderoso que el Santuario ha visto.
Y gran poder, necesita retos de mayor envergadura, es por eso que el juego cuenta con cuatro World Tiers para aumentar la dificultad e incrementar la posibilidad de más y mejores drops una vez que llegues al delicioso end game.
Los dos primeros niveles están abiertos desde el principio y están recomendados para jugadores del nivel 1 al 50, el tercer nivel llamado Pesadilla y el cuarto llamado Infierno, hacen honor a su nombre y son para los más avanzados.
Ambos agregan enemigos más poderosos y variaciones en los poderes de las criaturas y los jefes, lo que por un lado resulta en los combates más complicados del juego y por el otro en las recompensas más deseadas.
Pero el End Game no termina ahí, también vuelve el Tablero Paragón que se activa desde el nivel 50 y en el que podrás gastar cuatro puntos por cada nivel que ganes, para agregar puntos adicionales a cada una de tus stats o efectos adicionales a tus habilidades, dependiendo del tipo de nodo que desbloquees en la tabla.
Además en diferentes regiones del Santuario podrás encontrar áreas totalmente abiertas para el PVP, llamadas campos del odio y que no funcionan como simples arenas, si no como pedazos grandes del mapa que pueden ser explorados con el miedo de que un enfrentamiento pueda suceder en cualquier momento.
Si eliminas a un rival adquirirás su loot, pero te marcará en el mapa para que otros jugadores te busquen para quitártelo antes de que escapes a el altar más cercano, lo cual genera un modo de juego tipo “Extracción” en el que la que se apuesta fuerte, pero también se puede ganar como nunca.
Una de las dudas más grandes de los fans en este momento, después de lo que fue Diablo Inmortal en móviles, es la monetización y en esta entrega no se aleja mucho de lo que vemos hoy en día en los Juegos Como Servicio modernos.
Diablo IV contará con un pase de batalla que premiará la dedicación del jugador. Al estilo Fortnite, mientras más juegues, más recompensas podrás obtener y también hay niveles con recompensas gratuitas para los que no jalen el gatillo.
Por supuesto, todo lo que obtendrás es cosmético y no afectará el gameplay general, mucho menos el PVP.
Al igual que lo que encontrarás en la tienda, que contará con contenido totalmente opcional y cosmético, como algunas apariencias de armaduras o la posibilidad de comprar la transfiguración de armas y equipamiento que aún no has desbloqueado en el juego.
Todo con la intención de que si así lo deseas, puedas personalizar a tu héroe al gusto pero sin efecto directo o indirecto en el gameplay.
Además esta será la primera vez que Diablo se ha pensado desde su concepción en que funcione como un Juego Como Servicio. Entregará temporadas a lo largo de su vida para agregar nuevas mecánicas, misiones y retos.
Como los eventos Helltide que a partir del tercer World Tier cambiarán por completo las cualidades de un área completa y agrega diferencias sustanciales y un jefe diferente a un dungeon en específico de la zona, para que siempre haya algo nuevo que hacer y un reto importante que superar.
En una charla con los desarrolladores, Zaven Haroutunian, director asociado del juego, nos aseguró que está será la entrega de Diablo con más soporte post lanzamiento en la historia de la franquicia y que ya se encuentran trabajando en lo que se le irá agregando a lo largo de los próximos años, algo que es tremendo para los que quieran tener siempre una excusa para regresar al juego.
Diablo IV es un paquete completisimo y los fans de la saga pueden estar tranquilos de que este lanzamiento tendrá mucha carne para roer desde el inicio. Mientras que los novatos podrán encontrar una progresión fácil de comprender y muy bien dirigida, que se puede volver mucho más compleja en el momento en que así lo desees.
Está es la respuesta definitiva para los que estén buscando un RPG de acción en el que puedan invertir horas y horas, con miles de posibilidades de personalización y diferentes modos y retos adaptables para cada gusto.
Diablo IV estará disponible en PC, PlayStation 5, Xbox Series X y S y en PlayStation 4 y Xbox One.