¿Te ha pasado que en vez de hacer tu tarea te pones a limpiar tu cuarto? Esto es más normal de lo que uno piensa, no es porque seas “flojo”, pues acabas de limpiar tu cuarto, algo que te pide un gran esfuerzo, además de que usaste tu inteligencia para encontrar la manera en la cual acomodar tus estantes, a diferencia de otros, no evadiste tu responsabilidad con alguna serie, o una salida, lo que acabas de hacer se llama Procrastinación.
Al hacerlo, estás consciente de ello, sabes que tienes que entregar la tarea en un determinado tiempo, pero decides hacer otra cosa dejando esa responsabilidad como un segundo plano, incluso eres consciente que pasarla a un segundo plano es malo.
“Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea”. comentó una profesora de psicología de la Universidad de Sheffield.
Explican que uno tiende a procrastinar por un problema de regulación de emociones y no uno de gestión de tiempo, pues el hacerlo es una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas, tales como el aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento, entre otros.
En pocas palabras, uno tiende a procrastinar cuando la tarea asignada le es poco atractiva, sin embargo, también puede derivar en algo más profundo como la autoestima e inseguridad, como si uno sintiera que la tarea es demasiado para uno mismo, comenzando a sentirse con la incapacidad de poder escribir algo que “de la talla”.
Alivio Temporal
Cuando se evade la tarea, representa un alivio temporal, mismo que hace vicioso este círculo de procrastinación, y puede volverla en un hábito crónico, que trasciende en efectos destructivos a nuestra salud mental y física.
La Raíz
Entendamos qué procrastinamos por el alivio temporal que presenta, es por ello que debemos encontrar un estímulo aún más fuerte que el provocado por la procrastinación, es decir una mejor recompensa que pueda reconfigurar nuestro hábito. Resaltando que aquella recompensa sea una que pueda aliviar aquellos sentimientos negativos sin causarnos daño en un futuro, la solución debe ser interna, y no dependiente de cualquier cosa excepto de nosotros mismos.