Kirby es una de las franquicias de Nintendo con menos miedo a innovar, hasta es raro ver que la saga se mantenga igual por más de un par de entregas y The Forgotten Land no es la excepción a la regla, pues llevar al adorable glotón rosado a un ambiente 3D es un acierto innegable.
El título a cargo de HAL Laboratory experimenta como nunca con el concepto de Kirby y sus poderes mientras exploramos los restos de un mundo post apocalíptico en el que deberemos liberar de su captura a un grupo de Waddle Dees que ha quedado a merced de los monstruos que habitan este universo.
A pesar de su ambientación, The Forgotten Land nunca se siente tétrico y deprimente, sino todo lo contrario, los niveles y diseños 3D pintan una historia de destrucción pero el gameplay, la musicalización y la actitud de Kirby en general, nos hacen pensar en el lado positivo de la incertidumbre y la posibilidad de salir avantes.
A pesar de ver por primera vez a Kirby en este plano, el juego sigue siendo una aventura lineal, cada nivel está lleno de enemigos por derrotar, con los ya tradicionales poderes que se pueden absorber y algunos nuevos; y también de secretos por descubrir, con muchos de los coleccionables en lugares a los que se puede acceder con habilidades específicas o que se pueden pasar por alto si no se buscan con ojo de halcón.
Además el diseño de los niveles y los acertijos depende del flamante Mouthful Mode, un poder con el que Kirby puede absorber cosas más grandes que su propio cuerpo, pero que puede aprovechar de formas diferentes dependiendo de la situación, cómo rodear con su boca un veloz automóvil para superar saltos de larga distancia o usar un trampolín para soplar grandes cantidades de aire y mover plataformas o impulsar otras.
Kirby and the Forgotten Land es una de esas agradables sorpresas que solo la magia de Nintendo puede hacer posible y deja atrás el concepto de que los juegos de la mascota de Sakurai son fáciles y solo para niños. Si tienes Switch, es un título imperdible.