La llegada del invierno es la señal que todos los mexicanos necesitamos para sacar nuestra arma contra las bajas temperaturas: Los cobertores San Marcos.
Icónicas por sus estampados te tigres, caballos, lobos, osos y otros animales; surgen en Aguascalientes en los años setenta de la cabeza de Jesús Rivera Franco, tras una visita a España, donde vendían esta calientita tela. Su viaje en el mudo textil comienza desde sud 12 años, con la realización de sarapes.
El famoso nombre de estos cobertores se debe al barrio donde vivió Rivera, y donde decidió fundar su primer taller: San Marcos.
Durante sus primeros años estas cobijas se convirtieron en un boom en todo el país, haciendo que la empresa de Rivera diera frutos, pero con la fama llegaron las malas copias y con el tiempo nuevos materiales innovaciones y económicos fueron surgiendo, cayendo las ventas en los años noventa. El sueño de Jesús Rivera es vendido en 1993. En 2004 la fábrica de Aguascalientes cerró. Cinco años después Jesús Rivera Franco, murió a la edad de 91 años.
A pesar del tiempo, las copias, las fábricas que tuvieron que cerrar. Los cobertores dejaron un gran legado, convirtiéndose en la primera opción de todo mexicano para luchar contra el frio, así como en inspiración para la diseñadora Brenda Equihua, en su colección de chamarras
Sin duda alguna, sabemos que estos cobertores no solo eran una cobija, sino un buen acompañamiento para dormir, acurrucarse en el sillón, o tener junto a una taza de un buen café. Una herencia del sr. Rivera