Pasaron ocho años para que Gran Turismo regresara en gran forma. Con GT7 Polyphony Digital y Kazunori Yamauchi vuelven a demostrar la habilidad del estudio para crear una experiencia motor tan auténtica como es posible, manteniéndose increíble visualmente, mientras intenta atraer nuevos adeptos y postergar la historia del automovilismo.
GT7 festeja su aniversario 25 siendo tan accesible como un simulador de autos lo permite, con menús que al principio podrían parecer anticuados pero que después se vuelven como segunda naturaleza mientras intentas regresar a lo más importante: las pistas.
Pero en el inter, un cast de personajes representados por simples fotografías te ayudarán a descubrir cada mecánica del juego, desde el taller de modificaciones y el de pintura, hasta tu garage y el modo foto, pasando por la concesionaria de autos usados y el corazón de esta aventura, El Café.
El pequeño establecimiento fungirá como el hilo guia de GT7, a través del menú completarás las misiones principales que desbloquean pistas alrededor del mundo mientras obtienes automóviles como recompensa y además conocerás a sujetos interesantes que te enseñaran sobre la historia de cada colección.
Gráficamente luce increíble, llevando a la PS5 al máximo con sus modos en 60fps y la utilización del ray tracing para hacer que los más de 400 vehículos disponibles luzcan su belleza en las pistas perfectamente recreadas, que van desde Interlagos hasta Monza.
Pero lo más importante es la conducción, que se siente mejor que nunca y es probablemente el mejor simulador en consolas al momento, con diferencias entre cada auto y un motor de clima que te hará las cosas difíciles como conductor, además el DualSense la interfaz perfecta para experimentarlo.
GT7 respeta su propio legado mientras le rinde un homenaje a la historia del motor de combustión interna en un mundo que poco a poco pasará a lo eléctrico, es una carta de amor de Yamauchi a un mundo que está por desaparecer pero que al menos siempre se podrá vivir en Gran Turismo.