Hace 130 años, el 25 de junio de 1894 nació Hermann Julius Oberth en Transilvania, Imperio austrohúngaro, hoy Rumanía.
Su interés por los cohetes y los viajes espaciales nació en su niñez, después de leer De La Tierra a la Luna de Julio Verne. A sus 14 años construyó su propio cohete, un modelo pequeño pero funcional.
Oberth concluyó, como la había hecho años antes Konstantin Tsiolkovsky, que para salir de la Tierra, alcanzar el espacio y viajar a otros mundos, se necesitaría un cohete en etapas, que soltara carga conforme disminuía el combustible. Además, encender un cohete sobre otro en pleno vuelo, haría que el segundo cohete viaje a mayor velocidad gracias al impulso del primero.
A pesar de su claro interés, Oberth estudió medicina. Experimentó cuántas fuerzas g resistiría el ser humano en un viaje al espacio. Concluyó que soportaría hasta 6 g y hasta 10 por poco tiempo. 1 g es la fuerza de gravedad que todos sentimos en la Tierra.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) participó como soldado y luego en una unidad médica. En 1917 le propuso al ejercito alemán el uso de un misil balístico pero fue rechazado. Al año siguiente se casó con Mathilde Hummel, con quien tuvo cuatro hijos. Dos de ellos murieron en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Julius Oberth como soldado en el frente oriental, e Ilse Oberth, siendo ingeniera, murió junto a otros 26, en una explosión al probar el motor del cohete V2.
Regresando a la juventud de Oberth, al finalizar la guerra (1918) y después de los horrores del conflicto, decidió estudiar física con miras al desarrollo de cohetes. En la Universidad de Göttingen presentó su tesis sobre cohetes, la cual fue rechazada por utópica. Oberth no escribió otra tesis pues sentía que el rechazo era indigno para la institución. Por fortuna, el profesor Augustin Maior de la Universidad de Cluj en Rumanía, lo invitó a defender allá su tesis, y obtuvo su doctorado.
Oberth estaba tan seguro de su trabajo que lo publicó con el título: Los Cohetes Hacia el Espacio Interplanetario.
Su obra motivó a un grupo de jóvenes a fundar La Sociedad Del Vuelo Espacial, un club de cohetería, del que Oberth fue su guía.
En 1923, Oberth describió cómo la atracción gravitacional de un planeta desviaría e impulsaría a una nave espacial al momento de pasar lo más cercano al planeta y a mayor velocidad. Además, Oberth calculó que si en ese momento la nave espacial enciende sus motores, la nave obtendría un impulso varias veces mayor que encenderlo a otra distancia del planeta. A esto hoy se le llama Efecto Oberth y es utilizado por todas las naves espaciales que viajan a otros mundos.
Para 1929, Oberth gozaba de fama en el aún inexistente campo de los viajes espaciales. Por ello, el director de cine Fritz Lang, lo invitó como asesor para su película La Mujer en la Luna.
La película se basa en la novela del mismo título de Thea von Harbou, y es considerada la primera película de Ciencia Ficción seria. Sin embargo, no todo son buenas noticias, en un accidente en una de las escenas del espacio, Oberth perdió la visión en su ojo izquierdo.
En ese mismo año, siendo profesor en la Universidad Técnica de Berlín, Oberth junto a sus estudiantes, incluido Werner von Braun, lanzaron su primer cohete de combustible líquido.
También en ese año publicó una ampliación de su tesis, ahora con el título: Camino Hacia Los Vuelos Espaciales.
Años después, durante la Segunda Guerra Mundial, Oberth participó con Werner von Braun en el cohete V2, el cual se disparó hacia varias ciudades, sobretodo británicas, dejando un saldo de 7 mil 250 muertos. El V2 es el primer misil balístico de largo alcance del mundo y el primero en salir al espacio y realizar un vuelo suborbital, es decir regresa antes de darle una vuelta a la Tierra.
Años después (1955) cuando Werner von Braun trabajaba en Estados Unidos en el desarrollo espacial, invitó a su antiguo profesor a participar. La colaboración de Oberth es cimental para el desarrollo del cohete Saturno V, que llevó a los estadounidenses a la Luna.
La importancia del trabajo de Oberth
La publicación ampliada de Oberth (1929) se convirtió en la obra fundamental para el desarrollo de la cohetería, tanto que fue llamada por Robert Esnault-Pelterie como: La Biblia de la Astronáutica.
En su obra, aparte de describir el cohete y su vuelo en etapas, escribió sobre el vuelo tripulado y la necesidad de un traje espacial, para salir al espacio exterior.
Propuso el Telescopio Espacial y las Estaciones Espaciales, y cómo servirían de trampolín para el viaje a la Luna.
Además, presentó los cálculos para los viajes a la Luna, Mercurio, Venus y Marte, a cometas y asteroides. Y por si fuera poco, propuso el motor de iones.
En 1953 diseñó el mondauto, una plataforma saltarina para el transporte de astronautas en la Luna. Supuso que los astronautas recorrerían grandes distancias y debían superar los acantilados.
Oberth se jubiló en 1962 y se retiró a Alemania. En 1969 regresó a Estados Unidos para el lanzamiento de la misión Apollo 11, que llevó a los astronautas a la Luna.
A sus 95 años de edad, el 28 de diciembre de 1989, Oberth falleció en Núremberg, Alemania.
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Gracias a su imaginación y tenacidad, Hermann Julius Oberth es junto a Konstantin Tsiolkovsky, Robert Goddard, Robert Esnault-Pelterie y Herman Potocnik, uno de los padres fundadores de la astronáutica. Lo que nos demuestra que la imaginación con base científica, nos lleva a las estrellas.
german@astropuebla.org