La polémica se desató tras la derrota del peleador mexicalense Abraham 'El Fily' Montoya Jr., quien se enfrentó a Marc Castro por el Campeonato Continental del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) de peso superpluma en Las Vegas, Nevada.
Fue un combate muy parejo de principio a fin, con momentos en los que el peleador cachanilla demostraba una clara superioridad. Él sabía que prácticamente tendría que noquear a su rival para asegurarse la victoria.
Las tarjetas finales dieron 100-90, 98-92 y 97-93 en favor de Castro, situación a la que los narradores del combate se pusieron en contra, afirmando que era una locura que los jueces vieran tal superioridad en la pelea.
“Ha ganado Marc Castro, sabíamos que iba a ser una tarjeta cerrada y creo que no estamos de acuerdo con ninguna de las tres tarjetas”, se comentó en la transmisión.
En una entrevista exclusiva con Abraham Montoya, mencionó que su intensidad fue en aumento al ritmo de la pelea, y a pesar de que le dieron varios cabezazos, siguió tirando muchos golpes.
“Yo sabía que los round parejos iban a dárselos a él, había que trabajar más porque éramos el lado ‘B’. Al final no ganamos, teníamos que noquear al muchacho”, compartió el peleador de 29 años.
Montoya compartió que al finalizar el combate se acercó con su rival para pedirle la revancha, pues previo al combate él ya le había firmado la misma a Castro.
“Ya le dije que cuide bien ese cinturón porque voy a regresar por él. Vamos a insistir y primero Dios esperamos esa revancha”, dijo el mexicalense.
‘El Furioso’ no pudo en CDMX
Por otro lado, Ángel Martínez cayó ante Jimmer Espinosa en Ciudad de México en un combate que llegó hasta el quinto episodio y concluyó con un nocaut técnico.
“Trabajamos duro en nuestra preparación, trabajamos como nunca pero aún así no se dieron las cosas conforme a lo planeado. Vamos a mejorar y a ponernos mejor, hablando de lo profesional”, compartió ‘El Furioso’ por medio de redes sociales.
Este resultado significó la cuarta derrota en la carrera del pugilista cachanilla, y es la primera ocasión que suma dos descalabros de forma consecutiva.