Mía Villanueva es una joven de 21 años, quien practica la alta escuela de baile de caballos desde su adolescencia junto a sus tres hermanas, como una tradición familiar que inicia desde la enseñanza de su padre.
“Se me hace bonito, porque la mayoría son hombres y se siente suave que haya más mujeres en esto; tengo muchas amigas que también lo practican”.
La joven cachanilla lleva ocho años de su vida en este deporte, junto a su fiel compañera, “Mía”, su caballo que tiene el mismo nombre que ella, con quien inició este trayecto a los 13 años y actualmente forma una familia con una nueva potranca. “Nosotros sentimos a los caballos como familia".
“Cuando tenía 12 años le dije a mi papá que quería un caballo, porque a todos mis hermanos les daba un caballo [...], entonces yo le pedí el mío de la raza Gypsy Vanner y nos pusimos a buscar un caballo y encontramos a ‘Mía’, quien es cruce de Frisón y Gypsy Vanner”.
“En un día con ‘Mía’ le limpio su corral, le doy agua, granos, la cepillo y le trenzo su cabello”.
La alta escuela es caracterizada por ser un deporte de práctica hípica muy arraigada en España, de virtuosismo y belleza entre jinetes y caballos, que brinda al público un auténtico ballet ecuestre.
“El entrenamiento consiste en mucho cardio; les enseñamos primero a manejarse con la rienda dándole vueltas, los amarramos en un poste para que den pasitos y los acariciamos para que sepan que lo hicieron bien, hasta que van aprendiendo”.
Mía lleva ocho años practicando la alta escuela y comentó que le gustaría seguir con esta tradición familiar e invitando a las mujeres a que se sumen a este tipo de actividades. “Yo quisiera seguir con los caballos y enseñarles a mis hijos”.
