Es apenas el segundo semestre de la Licenciatura en Derecho para Gardenia López Alcaraz y la novata del equipo representativo de basquetbol de Zorros del CETYS Universidad ya cuenta con dos grandes títulos Nacionales en el 2018 con el equipo representativo: Los Ocho Grandes de la Liga ABE y la medalla de Oro en la Universiada Nacional.
Y como la mayoría de los estudiantes foráneos -ella es de Caborca, Sonora-, le ha costado adaptarse a una nueva ciudad, lejos de sus padres, además de nuevas y muy importantes responsabilidades, como lo son el estudio y lo que conlleva ser parte de un equipo de alto nivel.
“Las cosas que más me pueden, es haber dejado a mi papá y a mi mamá, pues aunque aquí en Mexicali yo vivo con mi hermano, se extraña mucho dejar a mi familia y el lugar donde nací, donde me crie, ha sido difícil”.
Cómo empezó
Para Gardenia el basquetbol no era desconocido, pues su padre fue basquetbolista desde muy chico y cada que podía trataba de convencer a su hija a que siguiera el mismo camino, aunque sin resultados, pues Gardenia no estaba interesada a pesar de los esfuerzos de su papá por que comenzara en el baloncesto.
A ella lo que le interesaba era el atletismo y desde los 7 años comenzó a practicarlo, primero en pruebas combinadas y después como fondista, corriendo los 800 metros planos y luego en la prueba de salto de altura.
A pesar de los esfuerzos de su padre por que se interesara en el basquetbol, no fue hasta que un profesor de la Universidad de Sonora (Unison) campus Caborca la invitó a uno de los entrenamientos del equipo femenil.
“El profe me dijo ‘ven un día, a ver si te gusta’ y me fue muy bien, pues a pesar de que yo no sabía tirar tenía todas las ventajas de haber practicado el atletismo: Velocidad, resistencia, brinco, fuerza y coordinación; así que después de ese primer día me quedé una semana y luego otra, me fue gustando y me fui quedando”.
En ese entonces, Gardenia tenía 10 años, estudiaba el quinto año de primaria y jugaba en un equipo con jóvenes de 18 años, que en su momento enfrentaron a atletas de hasta 40 años en la Liga Municipal de Caborca; poco a poco aquella pequeña fue ganando experiencia y tuvo varios llamados a seleccionados sonorenses y en el 2015 obtuvo medalla de bronce en la Olimpiada Regional realizada en Monterrey, Nuevo León.
La llamada
En el último semestre de su preparación bachiller, Gardenia tenía puesta la mira en una Universidad diferente a la que hoy es su alma mater, pero su madre la instó a revisar las opciones que tenía en el CETYS Universidad: “Métete a las páginas y mira, no importa que tengas en mente otra Universidad, ¿Qué puedes perder?”, le decía. “Pero para qué, no me han hablado y además las muchachas del equipo de basquetbol de CETYS son buenísimas”.
Un día, su madre entró al cuarto y le dijo: “Gardenia le están hablando a tu papá, es del CETYS”.
En ese momento Gardenia no podía respirar y como nos cuenta, “fue muy emocionante, mi papá estaba en la llamada, estaba llorando, literalmente no podía hablar de la emoción”.
“Le dijeron que me podían ofrecer una beca, que viniera a conocer la escuela y a hacer algunos exámenes y pues vine y me gustó. Me hicieron las pruebas y me ofrecieron el porcentaje de beca con el que me podían ayudar, al final me decidí y aquí estoy, se me hizo la mejor opción”.
El 29 de julio del 2018 será un año de la decisión que tomó y que ha cambiado el rumbo de su vida, en donde sólo ha podido viajar en 3 ocasiones a casa de sus padres: Un fin de semana en noviembre del año pasado, luego en diciembre, aunque tuvo que acortar la estancia por tener entrenamientos de Liga ABE y en marzo después de la Universiada Regional con sede en Hermosillo, donde al regresar en camión le comentó al chofer “yo aquí me bajo”, cuando pasaban por Caborca; sus papás la recogieron y luego de unos días de asueto la llevaron a Mexicali.
A pesar de la distancia, Gardenia se siente agradecida de ser parte del equipo representativo del CETYS Universidad y estudiar aquí: “Yo soy novata, me tocó la oportunidad de jugar con Damaris Temores y Miriam Lara en su último año de Maestría, la próxima temporada nos dejan su experiencia de años jugando en Zorros y yo espero tener el espacio para poder apoyar más al equipo; por otra parte, creo que mis papás están orgullosos de lo que he logrado por practicar basket, sin ellos y su apoyo no estaría donde estoy ahora”.