En la mente de Gabriela Álvarez aún están aquellas retas con los amigos de su colonia. Desde ahí, soñaba con ser profesional algún día, poder concentrar, saltar a la cancha y tener los reflectores que ahora tiene. Tras mucho luchar, estuvo con Rayadas un año y hoy es la apuesta de Pumas Femenil en defensa. Pese a que el tiempo ya pasó, en su mente aún vive lo mucho que le dolía ver el tope que tenían las mujeres en este deporte. “Una de las mayores trabas fue cuando a lo único que aspiraba una niña era la olimpiada nacional. Luego, brincaba a la Universiada. Era un sueño frustrado”, menciona con resignación. “Si querías seguir, debías irte a una universidad de Estados Unidos. Luego de que creció la Liga MX, ahora falta una igualdad, el mismo medio de comunicación, paga y patrocinios que el varonil. Poco a poco se va dando y eso me da gusto”, cuenta Álvarez, en charla exclusiva con el Diario de los Deportistas.
Ella, desde su trinchera, siempre pensó y buscó la forma de ayudar al futbol femenil. “Me da mucho gusto que se nos trate un poco más similar a los hombres. Es padre poder jugar todas contra todas, porque realmente te mides a todos los equipos. No sólo son los clásicos que ya se conocían. Ahora será más emocionante, porque habrá un Pumas contra Rayadas y Pumas frente a Tigres”, comenta Gabriela.
También, como parte del desarrollo de la Liga Femenil, ahora se viven transferencias entre clubes. Desde préstamos hasta ventas definitivas de sus derechos federativos. Para ella, que tuvo que dejar Monterrey para llegar a la Ciudad de México, aplaude el apoyo, pero acepta que no es sencillo poder mudarse de estado por todo lo que se tiene que dejar atrás. “Sólo me dijeron que me iba a Pumas, porque me habían solicitado y me iba a ir mejor en cuanto a minutos. Es un cambio drástico, pero hay que verlo por el lado positivo”, finalizó la zaguera.