Un izquierdazo hizo que la mandíbula del argentino, Carlos Salazar, se dislocara. El doctor César Soto determinó que el combate no podía continuar y el mexicalense Rubén “Yiyo” Sánchez León se proclamaba campeón del mundo.
Era el 14 de agosto de 1998. En el Auditorio del Estado de la Ciudad Deportiva, Rubén Sánchez León se convertía en apenas el cuarto campeón del mundo que daba Mexicali y el segundo que lo hacía en su ciudad natal.
Antes se habían coronado Juan “Kid” Meza en Estados Unidos, Gilberto Román en Japón y diez años atrás, en 1988, Jorge “Maromero” Páez en la histórica pelea en la Plaza Calafia.
Tocaba el turno para “Yiyo” Sánchez León que se enfrentaba a Carlos Salazar, conocido en aquellos tiempos como el verdugo de los mexicanos.
En el plan original, Sánchez León no iba ir por el título mundial. Antes le habían dicho que pelearía por un campeonato nacional, pero se abrió la oportunidad de ir por el cetro mosca de la Organización Mundial de Boxeo, entonces en poder del argentino.
El “Yiyo” había tenido una carrera más que aceptable. Desde su debut en 1992 cosechó triunfos importantes como contra José Alfredo Jiménez y Jose de Jesús en Miami cuatro meses antes de su cita ante Salazar.
“Si fue algo dura, en el quinto round me dio un derechazo que me dejó noqueado, en cinco segundo me recuperé, sería por la condición que traía, pero me recuperé y me fui sobre él”, dijo Sánchez León en una entrevista reciente para Imdecuf.
Como retador, el mexicalense sabía que tenía que ser propositivo en el combate y así se mantuvo hasta logró lastimar a su rival en el sexto asalto.
Yo sabía que tenía que atacarlo porque él era el campeón”, añadió, “en el sexto round lo vi lastimado, lo conecté muy bien, vino un izquierdazo con el que se bajó y empecé a atacarlo más
Fue en ese momento que el “Yiyo” se dio cuenta que la pelea se inclinaba a su favor. Había fracturado la mandíbula de Carlos Salazar y a los dos minutos y 57 segundos del octavo asalto se detuvo el combate.
Hasta ese momento, las tarjetas de los jueces José Cobian, Roberto González y Harold Lederman tenían 68-65 al púgil cachanilla.
Es algo indescriptible, la verdad llega un momento que sientes que ya nadie te puede ganar, pero yo siempre traté de mantenerme humilde
Sánchez León realizó la defensa de su título en diciembre de ese año en Cagliari, Italia al derrotar por decisión unánime a Salvatore Fanni y lo perdió ante José Antonio López Bueno en Zaragoza, España, el 23 de marzo de 1999. Ya nunca lo recuperó.
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