La figura de los árbitros ha sido relacionada con la falta de respeto a la máxima autoridad, lo que últimamente ha provocado un crecimiento en los actos de violencia en los campos de fútbol en Mexicali.
Hace unas semanas sucedió uno de los hechos violentos que más relevancia ha tenido en el deporte local, la agresión que sufrió el joven árbitro, Gerardo Belmonte, quien fue golpeado tras mostrar una tarjeta amarilla a un jugador.
Tras lo sucedido, el Presidente del Colegio Urbano de Árbitros de Mexicali, Antonio Massachesi, se pronunció en contra de los actos de violencia en el deporte local, además de que aseguró que tiene que haber muchos cambios en la organización de las canchas de fútbol 7.
Hay muchas canchas y no quiero señalar culpables pero deben de tener credenciales con los datos de los participantes, eso puede hacer que disminuyan las actitudes violentas contra los silbantes”, comentó “Toño” en una entrevista para La Voz de la Frontera.
Otro de los puntos importantes a tocar fue la falta de experiencia de los árbitros que imparten justicia en los partidos de algunas ligas, ya que en muchos casos, los dirigentes prefieren designar a alguien que les cobre menos, en vez de pagar lo que realmente debe de cobrar un árbitro.
Ese tipo de situaciones ha provocado una devaluación en el nivel de arbitraje, pues el sentir que cualquiera puede hacerse de un silbato y tomar las riendas de los partidos, es algo que a la larga acarrea sus consecuencias.
Es un tema complicado, el fútbol fue creado para 3 árbitros y las ligas le pagan a uno pero le exigen el trabajo completo, además de que no les conviene pagarle a árbitros que si saben hacer las cosas y prefieren ponerle el uniforme a cualquiera y darle 100 pesos”.
El Presidente del Colegio de Árbitros de Mexicali, aseguró que sigue esperando respuesta de otros colegios para ver qué acciones tomarán en contra de esto, ya que buscan una resolución inmediata.
ÍDOLOS DE NADIE Y CULPABLES DE TODO
Los silbantes son actores secundarios en un encuentro deportivo donde el papel principal es de los jugadores y entrenadores. Lastimosamente la labor del árbitro ha tomado un protagonismo innecesario en el fútbol local, pues se habla más de las acciones que tuvieron ellos que de lo que pasó a nivel futbolístico.
Yo no conozco a ningún compañero que vaya a trabajar con la mentalidad de hacer un cochinero, somos personas como cualquier otra y nos podemos equivocar pero no hay ninguna justificación para actuar violentamente”, comentó el presidente del Colegio de Árbitros.
La violencia en contra de los silbantes no es cosa de meses, los problemas tienen años y mientras las Ligas cachanillas no tengan un sistema que proteja y mantenga la seguridad en los campos van a seguir ocurriendo estas desgracias.
“Nosotros tenemos familias, somos padres, hermanos, hijos, tíos, primos y obviamente queremos regresar a nuestras casas”, compartió Massacesi.
LA CULTURA DE LA VIOLENCIA
El trabajo de los padres de familia es primordial para el buen desarrollo de los niños futbolistas, ya que desde las categorías inferiores se debe inculcar el respeto hacía la autoridad de los árbitros.
“Afortunadamente nos ha tocado ir a trabajar a Estados Unidos y es una cosa totalmente diferente, ahí la cultura es diferente con las familias que asisten y si llega a escucharse alguna ofensa, el árbitro tiene la autoridad para solicitar que se retiren”, comentó Antonio.
En el fútbol infantil es apasionante para los padres que asisten a ver a sus hijos, pues esperan que destaquen sobre los demás y en ocasiones eso provoca que las ofensas a los silbantes se hagan presentes.