Entre los troncos de un manglar en la Península de Yucatán viven los Manglaréz, una alegre familia de tortugas marinas que se prepara para su obligado viaje antes de que la temporada de tormentas llegue. Como cada año, todo marcha según el plan, o al menos así lo creen, hasta que un evento inesperado los empuja a cambiar la dirección de sus aletas.
Así comienza Huellas de Manglar, la puesta en escena lúdica con títeres que se presentará todos los sábados y domingos en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, a las 13 horas, a partir del 3 de septiembre hasta 12 de noviembre próximos.
Se trata de una historia, hecha para niños y jóvenes, que narra los extraordinarios encuentros de estas tortugas con otras familias de especies viajeras. Encada uno de ellos, estos particulares reptiles obtendrán enseñanzas valiosísimas para sus vidas, como entender que cada organismo forma parte sustancial del anchuroso océano, darse cuenta de que para apoyarse y dar cobijo no importan las clasificaciones, o descubrir que el hogar es aquel espacio donde la familia está presente.
La obra es una metáfora, contada a manera de fábula, sobre una de las crisis de nuestro siglo, la migración. Un asunto complejo, pero inocultable. Esto lo han reconocido los integrantes de la compañía Arrecife Teatro quienes crean proyectos como Huellas de manglar, con el objetivo de hacer entender a los niños los problemas del mundo que los rodea.
“Generalmente a los niños se les ve como un público que no está capacitado para entender temas complejos de la sociedad. Sin embargo, parte de nuestra filosofía como compañía es creer que sí pueden hacerlo, sin importar el nivel de complejidad ni si se trata de un tema político o social. Ellos también comparten el mundo con nosotros, por eso tienen el derecho a saber y desarrollar un pensamiento crítico”, comenta la dramaturga Frida Tovar, creadora de esta historia e integrante de la compañía.
Con poco más de 50 marionetas, hechas con diversos materiales y mecanismos de uso, en el escenario, manufacturadas por el mismo elenco, la puesta en escena invita al público a ser partícipe activo de la misma y hace pensar en el derecho de transitar por el mundo.
“Lamentablemente es una situación que posiblemente no termine pronto. Pero, al final de cuentas, debemos entender que la migración no es sinónimo de algo malo. Todos migramos, viajamos o cambiamos de residencia y cruzamos fronteras que siempre son imaginarias y politizadas. Lo que queremos es que los niños puedan reconocer las diferencias entre los riesgos de migrar por necesidad y viajar por decisión propia”, agrega la autora.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
En cada proyecto los integrantes de Arrecife Teatro realizan amplias investigaciones sobre problemáticas sociales y se capacitan en materia de los derechos de las infancias, preparativos con los que se preguntan la pertinencia de tocar temas sensibles.
Para próximas actividades, la compañía planea tratar algunos temas como la convivencia entre hermanos, la salud mental y la muerte, todos con uso de metáforas sutiles, pero no por ello menos francas y entendibles para el retador público infantil.