La mexicalense Diana Leticia Cervantes Ramírez tiene varios amores en su vida, uno de ellos es su bella familia y otro la medicina, su profesión, sin embargo también ha sido flechada por la redacción literaria, una actividad que le ha fascinado desde pequeña, motivada por sus maestros como parte de trabajos escolares.
Narra que cuando llegaba noviembre, sus calaveras para el Día de Muertos siempre destacaban e impactaban a los adultos que las leían, pero hubo alguien en especial que marcó su introducción a esta y muchas otras formas de manifestarse. “Una de las personas que me motivó mucho a explorar mis procesos creativos fue Rafael García Yogui y él ni siquiera lo sabe. Fue mi maestro de Educación Artística en la Secundaria Técnica 2. Ahí descubrí todo lo que se podía hacer a través del arte”.
Hasta ahora, Diana ha publicado dos novelas, la primera “Covidiario”, en la que a modo de diario describe su experiencia como madre y médico a inicios de pandemia y “Cartas a Josefa”, basada en hechos reales en el valle de Mexicali. También ha participado en dos antologías por concurso: “Antología Winged” y “Letras del corazón”.
“Cartas a Josefa” es una novela histórica epistolar, es decir que sus protagonistas no tienen diálogos ni narraciones, sino que se comunican por medio de cartas. Tiene un tinte romántico y un final totalmente inesperado. Describe el cortejo en los cuarenta y eventos, lugares y situaciones que remontan al valle de Mexicali cuando sus pioneros comenzaron a labrar sus tierras.
“‘Josefa" es un personaje que representa a la mujer mexicana y su contexto. En el libro se describen las presiones sociales de ser una mujer en México y la fortaleza que tenemos las mujeres para sobrellevar las situaciones de desigualdad. Hasta cierto punto, todas somos Josefas en una cultura donde aún impera el machismo y las costumbres inherentes a éste.
A través de ‘Josefa’ le hablo a la sociedad de lo que vivimos y se les invita a la reflexión”.
EL PROCESO DE PUBLICACIÓN
La elaboración de “Cartas a Josefa” implicó todo un proceso de documentación, visitas a lugares donde se desenvuelve la historia, captura de fotografías, recopilación de testimonios y lo más importante, la correcta traducción y orden temporal de las cartas, ya que éstas son muy valiosas para la autora por tener relación con su familia.
Después de obtener el primer borrador, el texto pasó por un proceso de corrección, maquetación y diseño para adaptarlo al mercado por parte de una editora, pero todas las demás actividades ya corren por cuenta propia. “Al ser una escritora independiente, la principal responsabilidad de este proceso, así como el de la publicación, promoción y ventas es mía”.
“Un autor independiente no solo tiene la responsabilidad del proceso creativo de su obra, además se tiene que involucrar en la promoción, distribución, mercadotecnia, ventas. Todas estas actividades son respaldadas por las editoriales de los autores que tienen contratos con ellas. En el caso de un autor independiente o freelance, a pesar de que puede parecer un trabajo interminable, la realidad es que la tecnología, el internet, los tutoriales, las redes sociales, facilitan el trabajo y te van pautando el camino para que logres tus objetivos de manera exitosa”.
Además, ella juega un importante papel al ir abriendo puertas para equilibrar la brecha que existe en este mercado dominado por varones.
“La escritura es un mundo donde predominan los hombres, como en muchas otras áreas, sin embargo cada vez tienen más oportunidades las escritoras. Aún no igualamos el número de escritores activos, pero vamos por muy buen camino. Las mujeres en sus roles tradicionales y sobre todo en países como el nuestro, tienen una serie de retos adicionales al cumplimiento de sus metas profesionales. En la escritura no es la excepción”.