La vida de hoy es muy apresurada y los padres de familia intentan estar al día para no aburrir a sus hijos con sus propios asuntos, intentando siempre mantenerse a la vanguardia.
Según Ma. Fernanda Orduño Félix, un papá moderno suele contar con las siguientes características:
Ayudan más en casa desde que nacen los hijos y les toca compartir roles tanto de papá como de limpieza.
Los buenos papis se preocupan por sus hijos e incluso van a alguna junta escolar.
Se dan y/o buscan el tiempo para jugar con sus hijos y compartir intereses.
Se hacen de amigos con hijos para que tanto ellos como sus hijos puedan compartir.
Son cariñosos con sus hijos y lo demuestran.
La mayoría de los padres dentro de la generación millenial enseña a los hijos a no tener miedos, los empujan a ser ellos mismos, a ver la diversidad que el mundo ofrece y a saber constantemente que ellos pueden lograr todo lo que se propongan.
“En la actualidad hay un poco más de desinterés y puntos extremos de cuidados, podemos encontrar padres que viven preocupados y por así decirlo sofocan al hijo y aquellos que le ofrecen a los hijos todas las libertades que quieran. Creo que la diferencia es que no hay ese equilibrio que se necesita para cubrir todos los aspectos necesarios”.
“Cada generación tiene sus beneficios, así como desventajas, ahora el papá es un poco menos autoritario, pero viéndolo desde una perspectiva cultural, también está un poco más despegado de ser proveedor y protector, los roles de ambos padres cambian de acuerdo con la necesidad de cada familia y esto sería la modernidad que antes no se permitía cambiar “.
“Como consecuencia de contar con padres jóvenes y modernos, los hijos crecen con más seguridad, sin miedo a decir lo que piensan y tienen mayor libertad de expresión”.
“Uno de los mayores retos que enfrenta un padre millenial son las redes sociales, ya que éstas se convierten para algunos jóvenes en algo que no pueden quitar de su vista ni un momento y pierden la sociabilidad que se debe tener. Siempre el decir lo que se piensa no debe ser un problema, si no todo lo contrario, pero sin el debido cuidado sí puede ser algo desfavorable”.
“Mi recomendación para todo padre es amar a los hijos como son, reírte con ellos, demostrarles cariño, ponerles límites y cumplir los castigos, buscar jugar con ellos no con cantidad, sino con calidad de tiempo; si solo tienes media hora, dedicárselas a ellos solos, bésalos, abrázalos y mantente consciente de que los padres también cometemos errores y no somos perfectos, hablarles de su cuerpo sin caer en excesos y siempre respetarlos”.